La controvertida reforma migratoria llega a la Asamblea Nacional francesa

«El proyecto de ley de Gérald Darmanin (ministro francés de Interior) no arreglará el problema de la inmigración y permitirá mañana la regularización masiva de trabajadores clandestinos. Nos oponemos a ello», dijo este domingo la diputada ultraderechista Marine Le Pen en una entrevista en televisión. Le Pen considera que hay que «limitar drásticamente la reagrupación familiar, poner fin al derecho de suelo, frenar la inmigración por trabajo y suprimir la adquisición automática de la nacionalidad por matrimonio».

Uno de los artículos más polémicos del proyecto de ley es el artículo 3 que propone la regularización de los trabajadores sin papeles en los sectores donde falta mano de obra, como, por ejemplo, la construcción, la hostelería, la agricultura o la asistencia a domicilio. La derecha y la extrema derecha consideran que esta medida tendría «un efecto llamada para la inmigración masiva» de indocumentados.

Otro tema polémico es la ayuda médica del estado (AME), que permite el acceso a la sanidad de personas en situación irregular en Francia. La derecha quiere suprimirla y sustituirla por una ayuda médica de emergencia para los sin papeles, mientras que la izquierda apuesta por mantenerla.

La sesión parlamentaria comenzará este lunes con la votación de una moción de rechazo previa presentada por los ecologistas antes de que el proyecto de reforma migratoria propiamente dicho sea examinado en el pleno. La derecha amenaza con apoyar la moción de rechazo, lo que da sudores fríos al Gobierno.

Si la oposición se une y adopta la moción de rechazo, el proyecto de reforma migratoria sería rechazado antes incluso de que empiecen los debates en el pleno. Expertos aseguran que, en ese caso, el Ejecutivo se vería obligado a retirar el texto.

En caso de que la moción de rechazo previa sea rechazada, comenzaría a examinarse el texto. Hay varios escenarios posibles: la oposición puede hacer obstrucción parlamentaria presentando miles de enmiendas, los debates pueden alargarse a enero, el Gobierno puede recurrir al famoso artículo 49.3 de la Constitución para adoptar la reforma migratoria por decreto sin someterlo al voto de los diputados o la reforma puede someterse o no al voto en el pleno.

Si el Ejecutivo recurriera al artículo 49.3, se arriesga a que la derecha cumpla su amenaza y presente una moción de censura contra el gobierno. La moción de censura tiene, sin embargo, pocas posibilidades de prosperar sin el apoyo de la izquierda. El gobierno ya utilizó el artículo 49.3 para imponer por decreto la reforma de las pensiones.

Si la Asamblea Nacional vota a favor de la reforma migratoria, se constituiría una comisión mixta, formada por siete diputados y siete senadores para tratar de encontrar un texto de compromiso entre las dos versiones aprobadas. Si no llegan a un acuerdo en la comisión mixta, el texto volvería a examinarse por las dos Cámaras. La Asamblea Nacional tendría la última palabra sobre la reforma de las pensiones.

La Cámara Baja también podría votar en contra de la reforma de las pensiones de Darmanin, enterrando definitivamente el texto. Esto supondría un fuerte varapalo para el ambicioso ministro del Interior, que sueña con ser primer ministro o incluso presidente.

El Senado aprobó el pasado 14 de noviembre en primera lectura la reforma migratoria por 210 votos a favor y 115 en contra. La Cámara Alta, dominada por la derecha y los centristas, endureció el texto. Los senadores introdujeron medidas más represivas que las inicialmente previstas por el Gobierno, endurecieron las condiciones para acceder a un permiso de residencia por motivos familiares y votaron a favor de suprimir la ayuda médica del estado (AME) para los inmigrantes sin papeles, entre otras medidas.

La comisión de leyes de la Asamblea Nacional votó un texto más próximo del texto de equilibrio inicial presentado por el Gobierno para controlar la inmigración y mejorar la integración de los migrantes en Francia a través de la lengua y el trabajo.