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El conservador Kai Wegner ha sido elegido este jueves como nuevo alcalde-gobernador de la ciudad-Estado de Berlín en tercera votación y tras dos fracasadas consultas entre los miembros del Parlamento local, que no hacen presagiar nada bueno para la gran coalición negociada entre ... cristianodemócratas (CDU) y socialdemócratas (SPD). El que ya es el primer alcalde de la CDU en Berlín desde hace más de 20 años obtuvo finalmente el apoyo de 86 de los 159 diputados regionales y consiguió al parecer la mayoría absoluta gracias al apoyo de los representantes de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), un respaldo provocador que envenena la elección, ya que la formación populista es sometida a estricto aislamiento por el resto de los partidos germanos.
CDU y SPD cuentan con una mayoría de 86 escaños en la Cámara regional berlinesa, pero un número apreciable de representantes socialdemócratas que rechazan la nueva alianza gubernamental, se declaró abiertamente en rebeldía y boicoteó las dos votaciones iniciales. En la primera Wegner solo consiguió 71 votos de los 80 necesarios y en la segunda 79. Pese al escandaloso desarrollo de la jornada y la práctica certeza de que el nuevo alcalde de Berlín fue respaldado en su elección por la ultraderecha, Wegner aceptó el resultado y juró seguidamente el cargo. El regidor dio las gracias expresamente a su antecesora en el puesto, la socialdemócrata Franziska Giffey, que ahora asume la cartera de Economía en su gabinete y con la que negoció el pacto para que las dos grandes formaciones políticas alemanas gobiernen juntas en la capital del país.
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Juan Carlos Barrena
Ya antes del anuncio del resultado de la tercera y definitiva votación, la líder de AfD en la Cámara regional, Kristin Brinker, había comunicado que su grupo parlamentario había decidido respaldar la elección de Wegner por «responsabilidad ante el conjunto de la ciudad». Si su apoyo y el rechazo de un grupo de diputados del SPD fue una realidad será difícil de comprobar, ya que la votación fue secreta. Pero la afirmación de que los ultranacionalistas pueden haber sido decisivos en la elección de Wegner porque la coalición de CDU y SPD era incapaz de coronarlo pesa ya como una losa sobre el interesado y la alianza política que dirige. En todo caso, Alternativa para Alemania ha conseguido ya dividir a los dos grandes formaciones germanas, que, tras la segunda votación, se lanzaron acusaciones mutuas por el fracaso de los dos primeros intentos de elegir un regidor local.
«En el SPD hay muchos que aprovechan la elección del alcalde-gobernador para pasar factura a Franziska Giffey y Raed Saleh», dijo el diputado federal conservador Jan Marco Luczak en referencia a los dos copresidentes de la socialdemocracia en la capital alemana. Luczak llamó además «irresponsables» a los diputados regionales socialdemócratas por boicotear la elección. «Estoy seguro de que (el boicot) parte de las filas de la CDU. Espero que el señor Wegner llame al orden a su gente», afirmó a su vez el diputado socialdemócrata berlinés Orkan Özdemir, quien reconoció, sin embargo, que entre sus compañeros en la Cámara regional hay al menos «dos rebeldes» conocidos que de ninguna manera votarían por el candidato conservador. Sobre todo en las bases socialdemócratas se había expresado un fuerte rechazo a la coalición negociada con la CDU.
En una consulta vinculante realizada entre las bases del SPD en la capital alemana sólo un 54,3% de las mismas expresó su apoyo a una nueva edición de la gran coalición. Los cristianodemócratas berlineses habían aprobado la alianza de manera unánime en un congreso extraordinario celebrado el lunes. Wegner y Giffey con sus respectivos equipos negociaron antes un acuerdo de coalición de 137 páginas que contempla, entre otras cosas, un programa multimillonario para la protección del clima, la reforma de la anquilosada administración de la ciudad, mejores dotaciones para la Policía y los bomberos y progresos en la construcción de viviendas, de las que existe una gran escasez en la capital alemana y donde los precios de compra y alquileres se han disparado en los últimos años.
Berlín era gobernada hasta ahora por una coalición tripartita liderada por el SPD y con Los Verdes y La Izquierda como socios menores. Pese a la victoria de la CDU en los comicios regionales de febrero pasado, la alianza roja-roji-verde sumaba una mayoría suficiente para continuar gobernando, una posibilidad que rechazó Giffey para negociar con los conservadores y que desató la ira de una buena parte de sus correligionarios socialdemócratas. En esas elecciones los socialdemócratas cayeron al segundo lugar en el espectro político con solo 53 votos más que Los Verdes en el escrutinio final. La votación de febrero fue una repetición de los comicios celebrados en otoño de 2021 ordenada por el Constitucional germano ante las irregularidades y errores registrados entonces en la jornada electoral.
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