El conflicto de Kosovo abre un nuevo frente a la OTAN en el este de Europa

Además de los efectivos adicionales, se ordenó también aumentar el nivel de alerta de un batallón de reserva, que, si fuera necesario, podría desplegarse en territorio kosovar en el margen de siete días con el objetivo de aumentar el músculo de la misión de la Alianza Trasatlántica en Kosovo (KFOR). El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó este martes que las Fuerzas Operativas de Reserva (ORF) están listas para «garantizar que se disponga de las capacidades necesarias para mantener la seguridad de acuerdo al mandato de Naciones Unidas».

El ex primer ministro noruego condenó los ataques contra los agentes desplegados en los Balcanes Occidentales. «Son inaceptables y deben parar», aseguró, subrayando que estos casos de violencia suponen un revés para Kosovo y sus aspiraciones euroatlánticas. Asimismo pidió a Belgrado y Pristina que tomen medidas concretas para «desescalar» la crisis y evitar cualquier comportamiento «irresponsable» que pueda empeorar la situación.

El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, también se sumó a la condena de los «actos violentos». «Debemos evitar cualquier nueva acción unilateral y restablecer la calma. Como primera medida, espero que las autoridades de Kosovo suspendan las operaciones policiales centradas en los edificios municipales y que los manifestantes violentos se retiren», señaló este martes tras afirmar que seguirá los contactos con el presidente serbio, Aleksander Vucic, y el primer ministro kosovar, Albin Kurti, para cerrar un próximo encuentro de alto nivel entre ambos en Bruselas.