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Juan Carlos Barrena
Berlín
Viernes, 1 de marzo 2024, 09:55
Una madre austríaca de 33 años ha sido condenada a veinte de prisión por maltratar y torturar sistemáticamente a su hijo de 12 años, al que encerraba regularmente en una jaula para el transporte de perros. Un jurado popular de la localidad de Krems, al ... este de la república alpina, consideró a la mujer, cuya identidad no se ha hecho pública, culpable de intento de asesinato, torturas y privación de libertad a menores o personas indefensas.
Una amiga de la progenitora de 40 años fue castigada en el mismo proceso a catorce años de cárcel por alentar e instruir a la madre con mensajes de chats y llamadas telefónicas el «recurso continuo a la violencia» en la aplicación de castigos violentos contra el niño, martirizado durante meses hasta la intervención de los servicios sociales de Krems. Ambas deberán pagar 80.000 euros a su víctima en concepto de daños y perjuicios, según la resolución conocida este viernes.
El menor fue atado, amordazado, sometido a ayunos frecuentes y obligado a soportar desnudo temperaturas gélidas. Cuando tras su rescate fue ingresado de urgencia en un hospital, tenía una temperatura corporal de sólo 26,8 grados centígrados y se encontraba en estado comatoso. La madre argumentó ante los jueces que su hijo era presuntamente un niño agresivo y rebelde, y que únicamente pretendía educarle. Además negó toda intención de asesinarle.
La condenada grabó una buena parte del martirio del pequeño de 12 años en varios vídeos, en los que puede verse también a su cómplice dándole instrucciones y alentándole para castigar físicamente al menor. Los miembros del jurado popular, que debatieron durante siete horas antes de decidir su veredicto, consideraron que las dos mujeres arruinaron prácticamente la vida del chaval. A nivel psicológico «se encuentra en todo caso completamente destruido», señaló la presidenta del tribunal. El niño vive ahora con su padre, que se había separado hace años de la condenada.
Un peritaje psiquiátrico solicitado por la audiencia de Krems determinó que la madre padece un «trastorno mental grave y duradero», sin que se aboliera la «capacidad de discernimiento», por lo que el tribunal ordenó su internamiento en un centro de terapia forense.
El experto habló de una «criminalidad monstruosa durante un largo periodo de tiempo» y que era muy probable que volviera a cometer delitos de lesiones graves en un futuro previsible. Estableció asimismo que la cómplice era igualmente peligrosa.
La madre, que al comienzo del juicio rompió en lágrimas, se mostró arrepentida durante la lectura de la sentencia, pidió disculpas y aseguró que no se explicaba cómo las cosas habían llegado tan lejos. Su abogado declaró que su cliente no se había dado cuenta de la magnitud del sufrimiento del menor. Sus representantes legales asimismo describieron a la mujer como intelectualmente muy simple, completamente abrumada por la crianza y fácilmente manipulable.
El martirio del menor llegó a su término a finales de noviembre de 2022 gracias a la intervención de una trabajadora social que encontró al niño con síntomas de hipotermia después de que la madre le vertiera agua fría con las ventanas abiertas a pesar de las temperaturas exteriores inferiores a cero grados. Su estado de salud se había deteriorado hasta un nivel que ponía en peligro su vida. La profesional consiguió persuadir a la mujer para que llamara a los servicios de emergencia tras pedírselo repetidamente. El menor fue finalmente trasladado al hospital. Al día siguiente, la madre, soltera y desempleada, fue detenida.
El niño, salvado in extremis cuando pesaba 40 kilogramos, también era golpeado habitualmente, privado de alimentos y atado. Durante la audiencia se mostraron vídeos de la acusada en los que se veía al niño encerrado en la jaula para transporte de perros incapaz de moverse y hablar.
La defensa señaló posibles fallos de las autoridades cuando la escuela había emitido informes insistentes. Unas semanas antes de su hospitalización, el pequeño había huido y pidió a una familia que lo alojara. Según el diario austríaco 'Der Standard', la Policía lo volvió a conducir a su casa.
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