Carlos y Camila inician una visita de Estado a Alemania cargada de excepciones y privilegios

Insólita también la ceremonia militar oficial de bienvenida. El acto ha tenido lugar poco después de la llegada de los monarcas británicos ante la Puerta de Brandeburgo, lo que ha permitido que una multitud de simpatizantes y curiosos pudiesen ver de cerca el espectáculo y saludar a los monarcas, que se han acercado posteriormente a la gente y han charlado con sus admiradores. Es la primera vez en la historia en la que un jefe de Estado invitado es homenajeado ante el emblemático monumento y no acude como es habitual al presidencial Palacio de Bellevue para pasar revista al batallón de honores del Bundeswehr y escuchar los himnos nacionales de los dos países. Una deferencia especial para Carlos y Camila, que estos días se hospedan en los 180 metros cuadrados de la suite presidencial del Hotel Adlon, situado en la misma Plaza de París, que encabeza la gran puerta de estilo neoclásico construida en el siglo XVIII por orden del rey Federico Guillermo II de Prusia.

No menos excepcional es también la decisión del presidente federal de acompañar en todo momento durante los tres días de la visita a sus huéspedes británicos. Steinmeier y su esposa, la jueza Elke Büdenbender, participan en todos los capítulos del programa preparado para Carlos y Camila, que además de Berlín, visitarán hasta el viernes el limítrofe estado federado de Brandeburgo y la ciudad portuaria de Hamburgo. Tras la obligada ceremonia de recepción, el rey Carlos ha acudido al Palacio de Bellevue para asistir a una recepción centrada en la transición energética y la sostenibilidad en la que participaron escogidos invitados de la política, investigación y ciencia, economía y la sociedad civil.

Las medidas de seguridad son enormes. Unos 900 agentes y 20 perros policías se encargan solo en Berlín de velar por la pareja real. El primer viaje oficial de Carlos y Camila debía haber sido a Francia hace diez días, pero el presidente galo, Emmanuel Macron, se vio obligado a aplazarlo sin fecha a última hora debido a las fuertes protestas en su país contra la reforma del sistema de pensiones y el retraso en la edad de jubilación, que amenazaban con enturbiar la visita real. En Alemania podrán disfrutar con tranquilidad, entre otras cosas, de una visita a un batallón militar germano-británico y un pueblo ecológico en Brandeburgo, así como de un viaje en tren de alta velocidad a Hamburgo.

La primera jornada finaliza con una cena de gala en el palacio presidencial ofrecida por el jefe de Estado alemán y su esposa. Unos 130 invitados disfrutarán del banquete de cuatro platos, cuyo menú se ha guardado en secreto, aunque es de suponer que contiene especialidades regionales de temporada de Berlín y Brandeburgo. Entre los escogidos para la cita con Carlos y Camila, que serán coronados oficialmente en Londres en próximo 6 de mayo, se encuentran la excanciller federal Angela Merkel, el arquitecto David Chipperfield, el cantante de rock Campino o la científica de origen turco y creadora de la primera vacuna contra el coronavirus Özlem Türeci.

El jueves, Carlos y Camila firmarán en el libro de oro de Berlín, pero no lo harán en el Ayuntamiento Rojo, un edificio renacentista construido en ladrillo del color que le da nombre, sino que la alcaldesa-gobernadora de Berlín, la socialdemócrata Franziska Giffey, acudirá a su hotel para ahorrarles el desplazamiento. El programa oficial destaca que seguidamente se desplazarán a la Cancillería Federal, donde serán saludados por el jefe del Gobierno germano, el también socialdemócrata Olaf Scholz.

El momento político más relevante de toda la visita tendrá lugar al mediodía del jueves, cuando el monarca británico ofrezca un discurso ante el Bundestag, el Parlamento federal, un privilegio que no tuvo su madre, la reina Isabel II, que hizo cinco visitas de Estado a Alemania durante su reinado, la última en 2015. No será, pese a todo, la primera vez. En noviembre de 2020, entonces aún como príncipe de Gales, Carlos intervino como invitado ante el pleno del Parlamento federal en el Día de Luto Nacional, para conjurar la profunda amistad entre Alemania y el Reino Unido una vez consumado el brexit. «Siempre seremos amigos, socios y aliados», afirmó el rey británico.

Carlos conoce profundamente Alemania y domina el idioma casi sin acento. En las últimas décadas ha realizado no menos de 40 visitas a este país, oficiales y privadas. La casa Windsor era originariamente la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha por el matrimonio de la reina Victoria con Alberto de Sajonia. Y dos de las hermanas de su padre, el príncipe Felipe de Edimburgo, contrajeron matrimonio con nobles alemanes. Por su tía Theodora es primo carnal de Maximiliano Andrés, Margrave de Baden, y a través de su tía Margarita, tío segundo de su nieto, el príncipe Felipe de Hohenlohe-Langenburg, con los que mantiene un estrecho contacto, al igual que con otros familiares surgidos de esas uniones.