Tras el aluvión de críticas por buscar el apoyo de la ultraderecha a sus iniciativas parlamentarias en el Bundestag para frenar la inmigración ilegal, el candidato conservador a la cancillería federal y presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, ha ofrecido este domingo al ... pueblo alemán un programa de acción inmediata y «garantías« para un giro radical a la política económica y de asilo si gana los comicios generales adelantados del próximo 23 de febrero.
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«Necesitamos un cambio político en Alemania», afirma Merz en el dominical Bild am Sonntag, en el que asegura que limitará al máximo la entrada de peticionarios de asilo en este país. El líder conservador insiste en sus propuestas para combatir la entrada ilegal de migrantes pese a que estas atentan en parte contra el derecho europeo y la propia legislación alemana.
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Juan Carlos Barrena
Para ello consiguió el pasado miércoles imponer en la cámara baja una moción con un plan de cinco puntos con el que busca endurecer la política migratoria en país con el decisivo apoyo de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). El pasado viernes, sin embargo, fracaso en la cámara baja alemana con un proyecto de Ley para Limitar el Flujo Migratorio. Pese a recibir de nuevo el apoyo de la totalidad de los diputados de AfD, una buena parte de los parlamentarios conservadores y del Partido Liberal le negaron el respaldo y tumbaron la iniciativa al rechazar toda colaboración con la ultraderecha para legislar.
El candidato a la jefatura del gobierno alemán de CDU y sus «hermanos» de la Unión Socialcristiana (CSU) bávara anunció que en el congreso de su partido que se celebra este lunes los delegados aprobarán previsiblemente un programa de 15 puntos a ejecutar de manera inmediata nada más ganar las elecciones, que contempla medidas económicas urgentes para relanzar la coyuntura y la abolición de leyes aprobadas por la actual coalición de gobierno de socialdemócratas y verdes, de la que formaron también parte los liberales hasta noviembre pasado.
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Parte de ese programa es también la presentación de nuevo ante el pleno parlamentario para su aprobación de la citada Ley para la Limitación del Flujo Migratorio. Entre las leyes aprobadas por el actual ejecutivo que Merz quiere eliminar se encuentran la llamada ley de calefacción que prohíbe en el futuro el uso de gas o gasoil como combustible para calentar, la de la legalización del cannabis y la ley nacional de seguimiento de la cadena de suministros.
Friedrich Merz continúa, entre tanto, asegurando que nunca gobernará con el apoyo de la ultraderecha, pero defendiendo la vez que AfD es muy libre de apoyar las iniciativas parlamentarias de los conservadores como las de esta semana y culpando al resto de los partidos democráticos por no respaldar las propuestas de CDU/CSU. Un argumento que le ha valido una oleada de críticas también internas, como las de la excanciller federal conservadora Angela Merkel, que le ha acusado de incumplir su palabra.
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En menos de una semana, Merz ha roto dos veces la promesa pública hecha en noviembre pasado de no apoyarse nunca en la ultraderecha para obtener mayorías parlamentarias, ha perdido buena parte de su autoridad y prestigio y ha dividido a su propio partido, en el que se han producido incluso portazos que deberían preocupar a sus dirigentes, como el del publicista judío Michel Friedman, antiguo miembro de la ejecutiva de la CDU, que ha anunciado «indignado» que devolvía su carné del partido tras más de 40 años de militancia.
Pese a todo, los partidos de la Unión continúan encabezando los sondeos electorales para los comicios del mes próximo con un 30% de voto potencial, seguidos por la ultraderechista Alternativa para Alemania, con un 20% y hasta un 23% en algunas encuestas y tendencia al alza. El gobernante Partido Socialdemócrata (SPD) ronda el 16% y Los Verdes el 14%. El Partido Liberal (FDP), La Izquierda y la Alianza Sarah Wagenknecht (BSW) podrían perder su representación parlamentaria, ya que en muchos sondeos no alcanzan el 5% de votos necesario para acceder al Bundestag.
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Mientras tanto continúan las protestas populares que vienen produciéndose a diario en distintas ciudades de Alemania desde que el miércoles pasado los conservadores rompieran de facto el cortafuegos para aislar a la ultraderecha. Tan solo en Hamburgo más de 65.000 personas salieron a la calle este sábado según cifras oficiales de la policía para criticar, al grito de «Vergüenza», el acercamiento de Merz a AfD. Decenas de miles más lo hicieron en Leipzig, Múnich, Colonia, Essen o Aquisgrán.
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