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Más de dos semanas –desde el pasado 19 de diciembre– lleva arrestada en Irán Cecilia Sala, periodista italiana de 29 años, con la acusación genérica de haber violado las leyes de la república islámica, aunque el objetivo real de su detención sería conseguir un intercambio ... con el preso Mohammad Abedini. Este ingeniero iraní fue detenido el 16 de diciembre en el aeropuerto milanés de Malpensa a petición de Estados Unidos, que ha solicitado su extradición al considerar que una empresa de su propiedad estaría involucrada en la fabricación de drones con los que fue atacada una base militar norteamericana en Jordania.
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Los servicios secretos italianos trataron de conseguir de inmediato la liberación de Sala, que publica sus artículos en el diario 'Il Foglio' y elabora podcasts para la plataforma Chora, aunque la noticia de su arresto no se difundió hasta la semana pasada. Desde entonces la atención de la opinión pública del país se ha volcado en la situación de la reportera, que se encuentra en una celda de aislamiento en la cárcel de Evin, utilizada habitualmente por el régimen de Teherán para recluir a disidentes políticos y presos extranjeros. La madre de Sala, Elisabetta Vernoni, que se reunió el pasado jueves con la primera ministra, Giorgia Meloni, se mostró «muy preocupada» por las condiciones carcelarias que sufre su hija y el peligro de que «puedan marcarla de por vida».
La periodista ha sido recluida en una celda en la que la luz está encendida durante las 24 horas del día y que carece de cama y colchón, por lo que debe dormir sobre el suelo. Sólo cuenta con dos mantas: una para cubrirse y otra para echarse sobre ella. Le han retirado incluso las gafas y sólo ha recibido una visita de la embajadora italiana en Irán, Paola Amadei, quien pudo charlar con ella durante treinta minutos. También se le ha concedido que llamara por teléfono a su familia y a su novio. La legación diplomática del país europeo trató de hacerle llegar un paquete con algunos libros y bienes de primera necesidad pero, según informaron los medios italianos, no lo habría recibido todavía.
Antonio Tajani, número dos del Gobierno de Roma y titular de la cartera de Exteriores, convocó el jueves al embajador de Irán en Italia, Mohammad Reza Sabouri, para presentarle una protesta por el caso y exigir la inmediata liberación de Sala, que se encontraba en Teherán desde una semana antes de su detención y contaba con un visado de periodista en vigor. Tras su reunión con Tajani, el embajador persa publicó un artículo en las redes sociales en el que relacionó el caso de la reportera con el de Abedini, cuyo encarcelamiento es criticado por las autoridades de su país al considerar que sólo responde a los intereses estadounidenses. El ingeniero iraní ha sido trasladado recientemente desde una prisión en Calabria, en el sur de Italia, a otra cerca de Milán, facilitando así el contacto con sus familiares, que residen en Suiza. Se le permite además ver la televisión y leer en una tableta, aunque sin conexión a internet.
Ho dato mandato al Segretario generale della Farnesina di convocare l’Ambasciatore iraniano a Roma. L’incontro avverrà alle ore 12. Il Governo, come dal primo giorno dell’arresto di Cecilia Sala, lavora incessantemente per riportarla a casa e pretendiamo che vengano rispettati…
— Antonio Tajani (@Antonio_Tajani) January 2, 2025
Italia espera que mejoren las condiciones carcelarias de Sala ante las facilidades que está recibiendo en la prisión el ingeniero iraní, cuyo arresto domiciliario fue rechazado por la Fiscalía de Milán el pasado jueves, al considerar que existe peligro de fuga. Su caso, no obstante, será examinado de nuevo en los próximos días por el Tribunal de Apelación de la capital lombarda, que deberá decidir igualmente sobre su posible extradición a Estados Unidos. Abedini no está acusado de haber cometido ningún crimen por la Justicia italiana.
La detención de Sala coloca al Gobierno de Giorgia Meloni en una difícil situación, ya que una liberación del ingeniero iraní para conseguir la excarcelación de la periodista supondría una grave afrenta a Estados Unidos a pocos días (20 de enero) del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Como señala el diario 'Wall Street Journal', el Ejecutivo de Roma se ha visto involucrado a su pesar en la «guerra en la sombra» que mantienen Washington y Teherán y que estaría pagando en su propia piel Sala.
Ante la enorme presión ciudadana que está sufriendo Meloni para lograr el retorno a Italia de la reportera y el riesgo de que la atención mediática complique las negociaciones, la familia de la joven ha pedido ahora a la prensa que mantenga un perfil bajo con el caso.
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