El calor roza el límite de la tolerancia humana

En efecto, el verano sofocante de este año, además de severo, también es inusualmente persistente. La actual ola de calor hace honor al nombre que le ha dado la Sociedad Meteorológica Italiana: 'Cerberus'. El monstruo de tres cabezas que aparece en el Infierno de Dante vigila la entrada al «infierno» terrenal percibido en la mayoría del hemisferio norte. La súbita elevación del mercurio ha llevado a diferentes países a restringir las actividades. Han limitado los horarios laborales, cerrado algunos espacios turísticos y advertido a los ciudadanos que no se expongan a la luz solar a ciertas horas –de 11.00 a 18.00– para evitar golpes de calor. El acceso a los monumentos históricos, como el Coliseo romano o la Acrópolis de Grecia, ha sido reducido. El riesgo de incendios también ha llevado a clausurar la entrada a bosques y reservas naturales.

Veinte de las veintisiete grandes ciudades de Italia están bajo alerta por el clima extremo con temperaturas de hasta 37 grados. Roma, Florencia y Bolonia se encuentran entre las más afectadas. Además, se teme que el calor supere cifras históricas en Sicilia. El termómetro marcó el año pasado 48,8 grados en la isla, el mayor registro de toda Europa. Las previsiones apuntan a que en Cerdeña pueda llegarse este miércoles a esa marca, y otros valores históricos predominen en el centro del país. Los expertos avisan de que lo peor serán los más de 50 grados de sensación térmica y unas noches auténticamente «tropicales».

En Grecia el calor abrasa con mayor fuerza. Tras varios días consecutivos de haber alcanzado más de 40 grados, Atenas se cierra parcialmente al mundo. El país ha sido foco de grandes incendios, que ya han arrasado los balnearios cerca de la capital. El fuego ha quemado más de treinta kilómetros cuadrados de bosques. Mientras más de doscientos bomberos helenos y otros enviados por la Unión Europea luchan por apagar las llamas, miles de personas son obligadas a evacuar las aldeas del sureste del Estado.

En el Mediterráneo francés, el servicio meteorológico mantiene la alerta naranja por temperaturas que pueden llegar a los 40 grados. Turquía, Rumanía y República Checa también son castigados por la ola de calor. Estambul lucha contra una veintena de incendios desatados el fin de semana. Suiza se asoma también a este fenómeno. Este martes se han detectado los primeros fuegos forestales y el Gobierno ha señalado que estos desastres se volverán más frecuentes debido al calor y la sequía causados por el cambio climático.

En EE UU se pronostica un calor «peligroso». Casi un tercio de los estadounidenses, unos 113 millones de personas, están bajo alerta. En el estado de Arizona, los termómetros han estallado al marcar por encima de 43 grados durante veinte días consecutivos. Con ese registro, la ciudad de Phoenix ha roto este martes un récord que se había mantenido desde hace 49 años. El calor también ha llegado a las localidades vecinas. En El Paso (Texas), el mercurio se ha elevado a más de 37 grados durante 27 días seguidos.

Aunque este fenómeno es habitual en algunas regiones durante estos meses, la preocupación recae en que es más intenso, con mayor frecuencia y más duradero. Las temperaturas superiores a 40 grados empiezan ya a generar problemas a la salud. Con mayor riesgo en las personas vulnerables. Pero a 50 grados, el calor pone a prueba la resistencia de, incluso, los más sanos. El sur de Estados Unidos y de Italia están entre las regiones más cerca de cruzar esos límites de la tolerancia humana. Al otro lado, una aldea china, ya lo supera con 52 grados.

Las altas temperaturas se cobraron la vida de más de 60.000 personas en Europa en 2022, el estío más caluroso jamás registrado. Pero este 2023, los pronósticos amenazan con superarlo.