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íÑIGO GURRUCHAGA
CORRESPONSAL. LONDRES
Sábado, 7 de enero 2023
La publicación por el diario 'The Independent' de los resultados de una encuesta en la que el 65% de los participantes expresa su deseo de convocar un nuevo referéndum sobre la relación del Reino Unido con la Unión Europea ha reavivado un debate sobre el ' ... Brexit' entre los partidarios de la Unión. La misma encuesta, por la firma Sevanta, registraba hace un año un 10% menos de apoyos a una nueva consulta.
La serie de sondeos de la firma YouGov mide la evolución del sentimiento de los británicos sobre la votación de 2016. Días después del referéndum había ya una pequeña mayoría que calificaba la decisión como equivocada. Tuvo ventajas de hasta 7 puntos, pero hubo empates en febrero y mayo de 2021. Y ahora un 56% la considera un error y el 32% la cree acertada.
El gráfico de YouGov sugiere que hubo una decepción inicial por la crisis política durante el mandato de Theresa May. El ánimo de los 'brexiters' subió en el momento formal del 'Brexit', hace ahora tres años, y de nuevo en las fechas que consagraban el éxito de la vacunación contra la pandemia. El deterioro político y económico del último año y medio explicaría la diferencia de 23 puntos registrada en noviembre.
El declive de la popularidad del 'Brexit' es innegable, pero la cifra de casi dos tercios favorable a la convocatoria de un segundo referéndum es forzada. Se pregunta a la muestra si lo quiere ahora, 22%; en cinco años, 24%; de 6 a 10 años, 11%; de 11 a 20, 4%; o más de 20 años, 4%. La suma de 65% no representa la incertidumbre de eventos imprevistos y del paso del tiempo.
El 24% de los encuestados respondió que nunca debe repetirse el referéndum. La mayor cifra en la matriz de datos es el 46% de mayores de 65 años que no quiere otra consulta. La segunda es el 37% de los que tienen 55-64 años. Los viejos quieren dejar el 'Brexit' como su herencia indiscutible. Y son los más comprometidos con votar, el 77% de los mayores de 65. De los jóvenes de 18 a 24 votaría el 26%.
El análisis de todos los datos de la encuesta de Sevanta debilita la fuerza de los titulares. Arroja una ventaja de 51% frente a 40% a los partidarios de retornar a la UE. Un 15% de los que votaron 'out' en 2016 votaría ahora por el 'in', un 8% tomaría el sendero contrario. Más llamativo, un 65% de los que no votaron dice que lo haría ahora por el retorno a la UE. Son 8.4 millones en el censo electoral.
La ventaja del 'in' sobre el 'out' en los sondeos actuales es la que tenía cuatro meses antes del referéndum de 2016, que decidió el 'Brexit' por 52% contra 48%. El nivel educativo y la edad fueron entonces los factores más diferenciales entre los bandos. Se mantienen en términos similares, y también la abstención de la generación juvenil, la más partidaria de la Unión Europea.
Eliminando de la ecuación el probable rechazo de la UE a un retorno británico, revertir el Brexit es un asunto del largo plazo. Una minoría -liberal demócratas e independentistas escoceses- lo defiende en el Parlamento de Westminster. La revista 'New European', que promueve el reingreso, titulaba esta semana que «Dos tercios de nosotros quiere un referéndum, pero los políticos creen que ellos lo saben todo».
El Partido Conservador tiene por primera vez un líder, Rishi Sunak, que se expresó inmediatamente en favor de la marcha de la UE tras la convocatoria del referéndum. Los 'brexiters' radicales son una fuerza imprescindible en el grupo parlamentario y son mayoría entre los miembros del partido. El 'Brexit' es el resultado de sus divisiones históricas sobre la política europea.
Sus diputados exigen a Sunak que revise o derogue antes del final de este año unas 2.500 leyes comunitarias incrustadas a la legislación británica. Boris Johnson planea su regreso si Sunak no mejora las encuestas de intención de voto. Nigel Farage, profeta del 'Brexit', proclama que «el Reino Unido está roto» y quiere presentar en 2024 cientos de candidatos de su Partido de la Reforma para destruir a los conservadores.
El líder laborista, Keir Starmer, que ha guiado a su partido a una posición en la que se le da como posible ganador en las elecciones, dentro de dos años, afirmó en diciembre que «no tiene sentido regresar a la Unión Europea o al mercado común». Quiere que el Brexit «funcione». El jueves usurpó el eslogan 'brexiter' -«recuperar el control»- para su afán de descentralizar poderes a comunidades locales.
La Cámara de Comercio Británica, la Confederación de la Industria Británica y tantos otros protestan porque el 'Brexit' no funciona, pero la política manda y su agenda es una batalla en la que los conservadores tratan de salvar apresuradamente su futuro y los laboristas se ofrecen como una fuerza ecléctica para poner fin a los doce años de hegemonía 'tory'. Para ambos, es mejor no mencionar al 'Brexit'.
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha afirmado esta semana que la negociación sobre el Protocolo que articula la permanencia de Irlanda del Norte en el mercado común y el británico fue «demasiado rígida». Es otro signo de que las partes están intentando resolver un problema que ha quebrado la confianza entre Londres y Bruselas.
Si Sunak resuelve ese legado envenenado de Johnson, podría iniciar un proceso de mejor entendimiento con la UE. También Starmer, si gana las elecciones de 2024. Y el vencedor participará en 2025 en la revisión bilateral del Tratado de Comercio y Cooperación, que selló la marcha británica en la UE. Puede haber acercamiento, pero el segundo referéndum es ahora 'wishful thinking', meras ilusiones.
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