Borrell pide a Occidente «menos aplausos y mejores suministros de armas» para Ucrania

Para el jefe de la diplomacia europea está claro que «queda mucho por hacer». Por ese motivo, y en línea con las exigencias del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, instó a los países de la UE y de la OTAN «a aumentar y acelerar el apoyo militar a Kiev». «Pasemos de las palabras a los hechos. Los Estados miembro tienen que aportar rápidamente la munición necesaria para reabastecer las reservas», dijo, mientras señaló como objetivo a medio plazo mejorar la capacidad de la industria de defensa europea.

Sin perder de vista que «esta guerra ocurre en suelo europeo y nos afecta», Borrell se mostró este domingo a favor de una propuesta formulada por el primer ministro estonio, Kaja Kallas, para que la UE compre municiones en nombre de sus miembros para ayudar a Ucrania. «Estoy completamente de acuerdo. Estamos trabajando en eso y funcionará», señaló.

En los últimos compases de la Conferencia de Múnich, los ministros de Exteriores del G7 -Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido, los Estados Unidos, así como Borrell- advirtieron, paralelamente, que impondrán castigos a los países que ayuden militarmente a Rusia. «Los miembros del G7 defienden su compromiso de mantener e intensificar las sanciones a Rusia para limitar su esfuerzo bélico y a los Estados que presten apoyo material a la guerra ilegal contra Ucrania», puntualizaron en un comunicado conjunto.

El mensaje enviado por las principales potencias mundiales se produjo mientras el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, advertía a China sobre las «implicaciones y consecuencias» de dar ayuda a las tropas de Vladímir Putin. «Tenemos información de que están considerando brindar apoyo letal a Moscú», había desvelado a la cadena CBS poco antes de su encuentro con el jefe de la diplomacia del gigante asiático, Wang Yi, a quien instó también a evitar incidentes como el que llevó al Pentágono a derribar a inicios de este mes un globo espía chino.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, también presente en Múnich, ya había advertido la víspera a Pekín contra toda ayuda militar al régimen de Putin. Además, en una declaración sin precedentes, llegó incluso a acusar «sin género de duda» a Moscú de haber cometido en Ucrania «crímenes contra la humanidad».

Pendiente del desarrollo de la Conferencia de Seguridad, Zelenski destacó en su alocución diaria los avances logrados para dotar a sus tropas de más y mejor equipamiento. «Hay declaraciones importantes de líderes mundiales apoyando a nuestro Estado y hay indicios de que reforzarán nuestra defensa», apuntó. El mandatario hizo especial hincapié en la promesa lanzada el sábado por el primer ministro británico, Rishi Sunak, quien afirmó que el Reino Unido será el primer país en suministrar a Kiev armas de mayor alcance.

Tras conseguir en enero un acuerdo con los países de la OTAN para el envío a Ucrania de modernos tanques como los Leopard 2, de fabricación alemana, el nuevo objetivo de Zelenski es convencer a sus aliados para el envío de cazas. Londres ya ha entreabierto la puerta al anunciar que proporcionaría capacitación e incluso no descarta suministrarlos si la decisión se adopta conjuntamente.

En un nuevo esfuerzo por vencer las reticencias de sus socios, funcionarios ucranianos, instaron en Múnich a miembros del Congreso de EE UU a presionar al presidente, Joe Biden, para que envíe aviones de combate F-16 ya que esto aumentaría la capacidad de Kiev para atacar las unidades de misiles rusas.