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«Teníamos batallas cada dos horas. Supongo que una sola unidad eliminaba a cincuenta personas por día». 'Dwaf' es el apodo de un soldado ucraniano que durante meses ha estado en primera línea del frente de Bajmut con las tropas rusas y los mercenarios de ... la compañía Wagner en el punto de mira de su fusil. Tiene 26 años, pero aparenta unos cuarenta, sobre todo con su enorme y descuidada barba pajiza. Posiblemente, es el mejor estadístico de las vidas perdidas en esta ciudad matadero que ya hace tiempo superó el calificativo de mártir para hundirse aún más en los infiernos. Cuenta al experimentado corresponsal de la BBC Quentin Sommerville -superviviente de un bombardeo en Járkov- cómo gracias a los drones de vigilancia él y sus compañeros han contemplado largo tiempo a los rusos recoger los cadáveres de los invasores abatidos. «El vehículo llega, luego salen cincuenta cuerpos, pasa un día, y vuelven a salir cincuenta cuerpos», relata con fría mecánica mental.
Bajmut es un inmenso ataúd cerrado de 42 kilómetros cuadrados de superficie. Las víctimas entre civiles y militares se cuentan por miles. Pero nadie ha ofrecido hasta ahora cifras concretas, aunque seguramente sí se conozcan en Kiev y en Moscú. Ucrania ha cerrado el acceso a los periodistas y en las labores asistenciales y de evacuación ya sólo participan militares: la ayuda nacional e internacional ha sido desalojada porque nadie garantiza la vida del personal en el frente. Algunos expertos apuntan a que es también la mejor manera de que no se conozca la magnitud de la tragedia y evitar una conmoción capaz de hacer barajar a algunos aliados si no resultaría más conveniente detener la hemorragia y empujar a los dos países en guerra a un proceso de paz.
'Dwaf'
Militar ucraniano
¿Por qué alguien es capaz de seguir empuñando un arma sobre una orgía de cadáveres a la que sabe que puede sumarse en cualquier momento? «Lo que está sucediendo aquí ahora es horrible. No hay palabras para describirlo. La alternativa es que abandonemos Bajmut y nos traslademos a otro asentamiento. Pero no se trata de una cuestión estratégica para nosotros. Esta es nuestra tierra», exclama 'Dwaf' en la BBC.
Resulta interesante la estimación que este martes hizo pública el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Washington aseguró que la guerra ha causado desde el pasado diciembre 100.000 bajas entre las tropas rusas; la mayoría de ellas lógicamente en esta pequeña ciudad transformada en símbolo bélico que ha concentrado los enfrentamientos armados durante el invierno. Más de 20.000 soldados habrían muerto y 80.000 resultado heridos.
El portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, explicó que el cálculo se basa en actividades de «inteligencia que pudimos corroborar durante un período de tiempo». Está en sintonía con otros análisis realizados por el espionaje británico y ucraniano, además de la información extraída de audios interceptados a las comunicaciones rusas. El portal Meduza, por ejemplo, afirma que ha habido 19.688 fallecidos entre los invasores, de los cuales 1.665 se han producido en los últimos quince días en coincidencia con un dificultoso avance ruso por las calles de Bajmut, donde los ucranianos ocupan la cornisa oeste. La mitad de los cadáveres son mercenarios, lo que explicaría en parte por qué Prigozhin, el líder de la compañía Wagner, ha elevado el tono estos últimos días contra el Estado Mayor en Moscú.
Andréi
Ciudadano prorruso
Precisamente, fueron paramilitares quienes rescataron a Andréi y varias decenas de civiles hace unos días de un sótano de la localidad fantasma. «¡Hay niños! ¡No arrojen granadas!», gritó una madre cuando la puerta se abrió de repente. El terror es un cuarto muy oscuro. Andréi, antiguo policía y convencido prorruso, relata cómo los mercenarios obligaron a los hombres a mostrarles las manos en busca de restos de pólvora y los hombros para averiguar si mostraban la huella indeleble de una culata en retroceso, con el fin de averiguar si había soldados ucranianos camuflados que hubieran disparado a los invasores. La mayoría de los 80.000 vecinos de Bajmut han sido evacuados este invierno, pero Andréi se quedó atrapado en la zona ucraniana. Dice que los defensores «convirtieron en un punto de tiro» el edificio donde se escondía. «Atravesaron todas las paredes con mazos para que los francotiradores pudieran correr de un piso a otro. Trabajaron muy armoniosamente», ironiza.
«Luego vinieron mercenarios occidentales (se refiere a voluntarios internacionales). Pusieron morteros en los techos. Todos bebieron. Se tomaron algunos estimulantes. Dispararon a animales y personas. Quien salió de los sótanos a por agua...», se duele, sin terminar la frase, ante el corresponsal del diario 'KP', Dmitry Steshin. Andréi y otros convecinos asistieron a «cosas horribles». Los disparos de los francotiradores. Los soldados asesinados como muñecos. Las minas «esparcidas por el suelo» delante de su sótano para que nadie escapara. O la voladura de los edificios contiguos a los que ocupaba la resistencia ucraniana para evitar que los rusos accedieran a ellos y ganaran ventaja de tiro. «Es en los estados límite donde la esencia más íntima sale de las personas. La persona sobrevive, pero muere internamente», reflexiona Aberri.
Kirby rechazó ayer informar sobre las bajas ucranianas. Sin embargo, en función de las interpretaciones habituales de expertos militares, los caídos en Bajmut se moverían en parámetros parecidos a los de su rival. Los heridos en la línea de combate se estiman muy numerosos a raíz de la elevada rotación de las unidades militares que Kiev ha debido imprimir para sustituir las bajas. Esta misma semana, el presidente, Volodímir Zelenski, ha sido tajante al dar la orden de que los comisarios destinados en los centros militares de la retaguardia, dedicados sobre todo a asuntos administrativos, sean destinados al frente y que sus puestos los ocupen militares heridos o apartados del servicio por problemas de salud. La orden ha causado un serio malestar en un amplio colectivo de comandantes y coroneles e incluso la prensa kievita destacaba ayer los intentos de algunos mandos para evitarla.
Desde Moscú, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, sostuvo que Ucrania «ha perdido a más de 15.000 personas» únicamente en este último mes, «a pesar de la ayuda militar sin precedentes por parte de países occidentales». El soldado 'Dwaf' reconoce que los rusos se están «volviendo más inteligentes y eso realmente me asusta».
Las fuerzas rusas mataron este martes a tres personas e hirieron a otras cinco en un bombardeo sobre la comunidad territorial de Bilozerka y las aldeas de Kizomys y Veletenskela de la región de Jersón, según informó la Oficina del Fiscal General de Ucrania. Numerosas infraestructuras civiles también resultaron dañadas, incluidos edificios residenciales, locales comerciales y vehículos. Las autoridades se preparaban por la noche para evacuar a los residentes.
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