Una aristócrata británica y su pareja son acusados de la muerte de su bebé

Ambos están acusados del homicidio del bebé por imprudencia grave. Fueron detenidos a principios de esta semana, en las cercanías de una zona arbolada y de huertas de Brighton, la ciudad costera del sur de Inglaterra. Llevaban 53 días esquivando a la Policía, ocultando sus rostros con bufandas al pasar junto a cámaras de seguridad, y rechazaron colaborar con los detectives encargados del caso. Se temía por la vida de la criatura y el trágico final de una muerte casi anunciada se corroboró el miércoles.

El cuerpo del bebé se descubrió en un cobertizo donde al parecer se había refugiado la familia estos días de heladas. Estaba envuelto en una bolsa de plástico bajo una pila de pañales, según confirmó el fiscal Jeremy King ante el magistrado de Crowley, en West Sussex. Un bedel del juzgado aseguró que se trataba de una niña a la que su madre había llamado Victoria.

Más de 200 agentes policiales se desplegaron entre las huertas sospechosas donde apenas se cultiva en invierno. Un vecino aportó la pista que condujo hasta la caseta donde Marten y Gordon habían encerrado a su hija, quizá ya sin vida. Los tres emprendieron un periplo sin retorno siete semanas antes, viajando en taxi desde el oeste al sureste de Inglaterra, escapando de Liverpool a Colchester, Londres y Sussex. En la capital británica compraron sacos de dormir, mantas y una tienda de campaña. Se cree que casi siempre pagaban en metálico para evitar dejar un reguero de pistas.

Anoche no se habían desvelado los resultados de la autopsia de la pequeña y se desconoce cuándo y de qué falleció. Tampoco se sabe la fecha de su nacimiento, aunque se baraja la hipótesis de que Marten parió en el vehículo poco antes de emprender una odisea que ha acabado con la vida de su hija y amenaza con poner fin a su libertad y enviar a su novio nuevo entre rejas. Ambos fueron recluidos en prisión preventiva a la espera del juicio en un proceso que se trasladará al notorio juzgado penal de Old Bailey, en Londres.

Gordon, británico de 48 años, está fichado en el registro de convictos sexuales. Cumplió condena de 20 años en prisión, por maltrato y violación de una mujer en Florida, donde residía desde niño. Después de cumplir la sentencia, fue deportado al Reino Unido e hizo amistad con Marten, estudiante de drama trece años menor que él. Fue el germen del distanciamiento entre la joven universitaria y su familia y amistades.

Los padres de ella hicieron sendos llamamientos a través de los medios y las redes sociales, reafirmando su apoyo a la mayor de tres hermanos, que creció en una mansión del suroeste inglés. «Has tomado decisiones en tu vida adulta que han demostrado ser difíciles, pero las respeto. Se que quieres conservar a tu precioso recién nacido a toda costa… quiero ayudarte a ti y a mi nieta», escribió la madre Virginie de Selliers en una carta abierta. También el padre, Napier Marten, quien fue paje de Isabel II, le suplicó en vano que se entregara a la Policía.

Constance Marten no pidió la libertad condicional en la breve comparecencia inicial, aunque su abogado indicó que la podría solicitar en fechas próximas. La treintañera afronta, al igual que su pareja, tres cargos relacionados con la fuga y muerte de la pequeña. La Fiscalía les imputa por homicidio negligente, ocultación del nacimiento y obstrucción de la justicia. La próxima audiencia se prevé para finales de mes.