Alemania deportará a criminales peligrosos a Siria y Afganistán tras el ataque de Mannheim

«Me indigna que alguien que busca nuestra protección cometa los crímenes más graves. Quien abusa de nuestra protección, como el autor del ataque de Mannheim, ha perdido nuestra protección. En ese caso la tolerancia es cero», dijo Scholz refiriéndose a la agresión que se considera ya un atentado islamista y en el que el afgano Suleimán Ataee, de 25 años, se dirigió contra los participantes en un acto de la organización ultraderechista e islamófoba Pax Europa. Un policía que intervino en el suceso fue apuñalado en la cabeza y el cuello por el atacante y murió dos días después en un hospital como consecuencia de las heridas sufridas.

El jefe del Gobierno germano advirtió además de que Alemania no acepta tampoco a los extremistas y a aquellas personas que glorifican delitos terroristas, quienes, avisó, serán igualmente expulsados del país. «Quien hace apología del terrorismo está en contra de todos nuestros valores y debe ser igualmente deportado», afirmó el canciller. Añadió que el Ministerio de Interior trabaja ya en un endurecimiento de la legislación de deportaciones. Scholz exigió la instauración de zonas en las que se prohiba portar armas y cuchillos «a nivel federal».

El político socialdemócrata tuvo también palabras para recordar al agente fallecido en Mannheim y comentó que su muerte había conmocionado a todo el país. «Dio su vida por nuestra libertad y seguridad», destacó Scholz,quien considera que todos deberían poder vivir sin tener miedo de sus conciudadanos. «Esta es la promesa central de nuestro Estado de derecho», señaló el canciller federal, que subrayó seguidamente que «esta promesa la vamos a cumplir con todo nuestro poder. No son quienes aman la libertad los que deben tener miedo en Alemania, sino aquellos que atacan nuestras libertades y alteran nuestra paz».

Desde la reprimida y fracasada revolución en Siria y la llegada al poder de los talibanes en Afganistán, Alemania no deportaba a delincuentes de esas nacionalidades a sus países de origen. Ya antes de la instauración del nuevo Gobierno de Kabul, las autoridades germanas habían decidido no expulsar allí más que a hombres con delitos graves o que representen una amenaza para la seguridad alemana. Los talibanes anunciaron haber castigado esta semana con latigazos públicos a más de 60 personas por presunta sodomía, robo y relaciones inmorales.

El canciller federal destacó además que este país ha declarado la guerra al terrorismo «independientemente de que, como en Mannheim, tenga motivaciones islamistas, da igual que sea de la extrema derecha o de la extrema izquierda, que esté dirigido contra alemanes o extranjeros, contra cristianos, musulmanes o judíos». Scholz recordó que en Alemania viven más de 20 millones de personas de origen extranjero que también están «indignados y conmocionados» por lo ocurrido hace una semana y se ven igualmente amenazados e intimidados por los islamistas. «Pero sobre todo son parte de nuestra sociedad y no vamos a permitir que nos dividan», sentenció.

Scholz subrayó que el ataque a puñaladas de Mannheim, la guerra en Ucrania y las graves inundaciones en el sur del país son sucesos que no están relacionados entre sí, pero que causan inseguridad en la población. «Cada uno por sí solo, pero sobre todo, todos junto»», señaló el canciller federal, que defendió la decisión de permitir a Kiev el uso de armas alemanas para atacar a Rusia en su propio territorio. «Ucrania tiene el derecho establecido por la legislación internacional de defenderse de ataques contra su territorio, contra sus ciudades y sus ciudadanos», señaló dirigente, para el que ese derecho es válido especialmente para la región de Járkov, que los rusos atacan desde posiciones en su territorio cercanas a la frontera ucraniana.

«Asegurar la paz significa hoy que apoyemos a Ucrania, que defendamos su independencia y soberanía», afirmó el político socialdemócrata para el que «asegurar la paz no significa levantar la bandera blanca o capitular ante la violencia y la injusticia. Paz no significa sometimiento».

El canciller federal, que atribuyó la catástrofe natural al cambio climático, prometió finalmente ayudas rápidas para los afectados por las graves inundaciones en Baviera y Baden-Württemberg tras valorar los daños con los Ejecutivos de esas regiones. «En situaciones así estamos unidos. Debe ser así», comentó Scholz, quien reconoció que el Gobierno federal y los Estados federados deben prepararse mejor para afrontar ese tipo de fenómenos con medidas para reforzar los sistemas de protección ante inundaciones y riadas, también levantando nuevos diques y creando superficies a las que desviar las aguas, aunque sean iniciativas impopulares.