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La frontera donde duermen los fantasmas del brexit

Recorremos parte de la línea que divide Irlanda del Norte de la República de Irlanda tras la amenaza de Reino Unido de suspender el Protocolo pactado para evitar una 'frontera dura' en la isla

Domingo, 24 de octubre 2021, 01:45

  1. La frontera invisible

    Virginia Carrasco

    En la carretera que une Dundalk (República de Irlanda) con Newry (territorio de Reino Unido) nada indica a los conductores que han cruzado de un país a otro. Solo el paso de kilómetros a millas y algunos carteles a favor de la unidad de la isla hacen pensar que estamos atravesando la línea invisible por la que cada día pasan unos 35.000 ciudadanos para trabajar, ir a la escuela o visitar a sus familias.

  1. Al sur de la línea

    Virginia Carrasco

    En los condados que forman parte de la República de Irlanda, la vida transcurre con normalidad estos días. El miedo a una ruptura con sus vecinos británicos se ha disipado tras las fuertes tensiones vividas con la entrada en vigor del Brexit. Pero la calma que se respira tiene, a su vez, matices tensos. La amenaza de Boris Johnson a la UE de suspender el protoclo norirlandés, que establece que la región sigue vinculada al mercado único europeo, ha vuelto a reactivar el debate en las calles sobre el riesgo de una división física que todos confian en poder evitar.

  1. ¿Una Irlanda unida?

    Virginia Carrasco

    Más que el impacto económico, los habitantes de la isla temen que la tensión entre Londres y Bruselas reactive el fantasma de la espiral de violencia que terminó en 1998 con los acuerdos de paz del Viernes Santo. Europa tiene claro que no serán ellos los que rompan la baraja. Saben que la única solución para evitar una línea física que divida el territorio británico del europeo es la frontera marítima pactada dentro del acuerdo del Brexit. Y que el propio Johnson firmó. Con ella se evitaron controles internos y, por lo tanto, se mantuvo la libertad de movimientos y mercancías en el territorio.

  1. Sin crisis de suministro

    Virginia Carrasco

    Es cierto que el divorcio de Reino Unido de la Unión Europea ha provocado una severa crisis de suministros en Londres que hace unos meses se trasladó a la isla. La falta de mano de obra y transportistas y los controles de las mercancías que llegaban de Gran Bretaña derivaron en un 'atasco' que, pese a todo, se ha ido solventando poco a poco. En la ciudad de Newry (Irlanda del Norte), vecinos y comerciantes aseguran que se han librado de las eternas colas en las gasolineras y de los estantes vacíos en los supermercados que en las últimas semanas se han visto en Inglaterra. Esto ha sido posible gracias, en buena parte, a que muchas de sus importanciones llegan desde la República de Irlanda (territorio europeo).

  1. El peso político

    Virginia Carrasco

    La tensión por los acuerdos comerciales en la isla tras el 'brexit' se complica, además, por el galimatías político que conforma el Gobierno de Irlanda del Norte, integrado por la coalición del PDU (protestante) y el Sinn Féin (católico). En su día, los protestantes-unionistas hicieron campaña por el 'brexit' duro, mientras que los católicos-republicanos pidieron la permanencia en la UE. Aunque el Sinn Féin está ligado a fantasmas del pasado que nadie quiere revivir -se le consideró el brazo político del IRA- su auge ha sido fulgurante en los últimos años, acompañado siempre de la demanda de un referéndum de reunificación de la isla para 2025.

  1. Libras o euros

    Virginia Carrasco

    Amparándose en que los controles y el papeleo pueden mermar los envíos de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, el Gobierno de Boris Johnson ha solicitado una renegociación de arriba a abajo del protocolo pactado con la UE. A su juicio, esta sería la solución para mantener la convivencia en una isla en la que los ciudadanos están acostumbrados a llevar sus monederos divididos en libras y euros.

  1. Calma en la tormenta

    Virginia Carrasco

    Tras el pulso de Johnson a Bruselas, los habitantes de Dundalk -al sur de los 500 kilómetros que separan la isla- confían en que las negociaciones llegarán a buen puerto. Saben que pertenecer al mercado único les ha permitido soportar mejor la crisis de suministro que a sus vecinos del norte, sin temor a ir al supermercado y tener que rebuscar para encontrar vegetales o carne. Pero les preocupa la paz social.

  1. Libertad de movimiento

    Virginia Carrasco

    Nadie quiere puntos de control internos. Autobuses repletos de estudiantes, camiones cargados con mercancías y trabajadores atraviesan de un país a otro en su día a día. No tienen que enseñar pasaportes ni rendir cuentas aduaneras. «Paso cada día por aquí y no creo que la tensión llegue al extremo de levantar una barrera física», comenta un conductor de autobús en el límite entre las dos Irlandas.

  1. Una moneda de cambio

    Virginia Carrasco

    La Unión Europea sabe que se encuentra en terreno delicado. Estamos hablando de dos regiones con muchas peculiaridades políticas y religiosas, con carreteras en las que la campiña y el ganado se entremezclan con casas de cambio en medio de la 'nada'. Muchos piensan que Boris Johnson está aprovechando la tensión como moneda de cambio, por un lado, para presionar a Bruselas y renegociar el protocolo y, por otro, para captar simpatías de voto.

  1. La guerra de las salchichas

    Virginia Carrasco

    Aunque la situación se ha normalizado desde el 'brexit', el temor es que los proveedores británicos no quieran operar con la isla ante los mayores costes operativos y burocráticos. Un ejemplo de las recientes tensiones fue la llamada 'guerra de las salchichas'. La enésima batalla del acuerdo -que el propio Johnson firmó- por el que se prohíbia la venta de carne refrigerada británica en territorio irlandés. En aquel momento, Bruselas cedió y decidió prolongar los plazos para la entrada en vigor de la norma. ¿Su última oferta? Rebajar en un 80% los controles de las mercancías y el papeleo a los transportistas.

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