Trump elige a otro de sus consuegros como asesor para Oriente Próximo

Aunque Trump había asegurado que no iba a contar con nadie de su familia en su administración para su nueva etapa en el Despacho Oval, no ha pasado ni un mes de su victoria electoral para que incumpla esa promesa. El republicano se ha olvidado del sufrimiento que soportaron sus familiares en su primer gobierno y ha anunciado la nominación de dos de sus consuegros para dos altos cargos de su próxima administración.

Charles Kushner, magnate como Trump, fue nominado primeramente el sábado como embajador de Estados Unidos en Francia. Es el padre de Jared Kushner, marido de Ivanka, la hija mayor del presidente. Jared fue un destacado asesor en el primer mandato del republicano a pesar de su inexperiencia en política exterior o en gestión en la administración. En concreto, aconsejó a su suegro en la lucha contra la pandemia del coronavirus y las relaciones bilaterales en Oriente Próximo y los países árabes.

En un comunicado en su cuenta de su red social, Truth Social, Trump describió a Charles Kushner como «un gran líder empresarial, filántropo y negociador, que será un firme defensor de nuestro país y sus intereses». Como él, tiene antecedentes penales. En 2005 fue condenado a dos años de prisión por fraude fiscal, manipulación de testigos y donaciones ilegales a campañas, curiosamente a favor del Partido Demócrata. En la investigación se desveló el plan de chantaje a su cuñado, hasta el extremo de contratar a una prostituta para que le sedujera y grabar el encuentro con una cámara oculta para enviar la grabación a su hermana. Estos cargos fueron indultados por el propio Trump en 2020, dentro de la veintena de indultos concedidos en sus últimos días en el cargo tras la victoria de Biden.

Se han cumplido las apuestas de la prensa estadounidense y Trump anunció a última hora del domingo a su otro consuegro, Massad Boulos, como nuevo asesor para Oriente próximo y el mundo árabe. El empresario libanés estadounidense tiene como nuera a Tiffany Trump, casada con su hijo Michael e hija mediana del expresidente.

Boulos goza de buenos lazos con la mayoría de las partes del complejo escenario libanés. Su padre y su abuelo fueron figuras de la política de Líbano y su suegro financió al Movimiento Patriótico Libre, un partido cristiano alineado con Hezbolá. El futuro asesor de Trump es amigo de Suleiman Frangieh, un aliado cristiano del partido milicia-chií y su candidato a la presidencia. Asimismo también mantiene contacto con el Partido de las Fuerzas Libanesas, una facción cristiana radicalmente opuesta al partido milicia chií-libanés.

«Es un negociador y un defensor inquebrantable de la paz en la región, será un firme defensor de los Estados Unidos y de sus intereses, ¡y me complace tenerlo en nuestro equipo!», ha resumido Trump sobre una esperada designación.

En lo relativo al relevo al frente del FBI, el actual director, Christopher Wray, fue nombrado por el propio Trump en 2017 para un mandato de diez años, así que para cumplir el magnate su deseo de colocar en el puesto a Kash Patel, el actual responsable tendría que dimitir o ser despedido. El líder republicano ha criticado duramente a Wray por negarse a investigar a sus rivales políticos y por la posición del FBI en algunos casos judiciales contra él.

Mantenido en el cargo por Joe Biden, Wray ya ha dejado patente sus pocas ganas de abandonar el puesto, por lo que Trump ha anunciado que lo fulminará. Será el tercer despido del máximo responsable de esta agencia en toda su historia y el segundo del presidente, tras el cese de James Comey por facilitar la investigación de la trama rusa. El primero fue el de William Sessions en 1993, despedido por supuesto uso indebido de servicios y fondos públicos.

Su sucesor será el abogado e investigador Kash Patel, de 44 años y persona de total confianza del magnate. Hijo de inmigrantes indios, este exfuncionario del Pentágono ocupó varios puestos de alto nivel durante su primer mandato, como asesor de Seguridad Nacional y jefe de gabinete del secretario de Defensa. El republicano ha recordado el «papel fundamental» que Patel desempeñó en el «descubrimiento» de la supuesta trama rusa para interferir en las elecciones presidenciales de 2016, subrayando su loable actuación «como defensor de la verdad, la rendición de cuentas y la Constitución».

Patel fue uno de los primeros impulsores en difundir las teorías conspiranoicas del robo electoral en 2020, así como ha defendido la teoría de que la burocracia del «Estado profundo» intentó derrocar a Trump. Ha publicado un libro en el que dice que el gobierno es una mafia que controlan unos gángsters a los que va a perseguir. En los últimos tiempos ha abogado por retirar al FBI de su papel de cerebro de inteligencia y purgar de sus filas a cualquier agente que no quiera seguir la agenda de Trump, con la propuesta estrella de cerrar el edificio Hoover, histórica sede de la agencia federal.

A su vez Trump ha anunciado la nominación del sheriff del condado de Hillsborough (Tampa, Florida), Chad Chronister, como el nuevo responsable de la Administración de Control de Drogas (DEA). Chronister ha sido alguacil de este condado durante 32 años y ha formado parte de iniciativas de lucha contra las drogas y contra el tráfico de personas. Con este nombramiento, el presidente pretende intensificar la persecución de los opioides, especialmente el fentanilo.