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Mercedes Gallego
Enviada espacial Iowa
Martes, 16 de enero 2024, 07:12
Se cumplió la profecía. Donald Trump venció con tanta holgura en los caucus de Iowa que la agencia Associated Press lo declaró ganador cuando solo se habían contado los resultados de seis precintos y muchos ni siquiera habían empezado a votar. «Es absolutamente indignante que ... los medios participen en interferencia electoral declarando a un ganador antes de que decenas de miles hayan tenido la oportunidad de votar», dijo en un comunicado la campaña de Ron DeSantis, que competía por el segundo puesto con Nikki Haley, tercera en los resultados.
Trump odia a los perdedores. Esta era la venganza con la que había estado soñando durante los tres años transcurridos desde que perdió la Casa Blanca en noviembre de 2020. «Iowa, os amo. Vais a poder compraros tractores más grandes y más tierra», prometió a sus redentores. No tenía ningún discurso preparado, a pesar de que se había vaticinado ampliamente que iba a ganar «a lo grande». Y es que Iowa da el pistoletazo de salida a la temporada de primarias, pero solo reparte 40 delegados. Para ganar la nominación del Partido Republicano se necesitan 1.215. Le toca seguir compitiendo estado por estado, New Hampshire el martes que viene. La verdadera celebración, prometió a sus seguidores, «va a ser en noviembre, cuando recuperemos nuestro país».
Esa batalla aún está por librarse, pero con esta primera y decisiva victoria Trump ha demostrado su liderazgo sobre el Partido Republicano, cuyos líderes se doblegaron ante él poco después de recuperar el aliento tras la insurrección del 6 de enero. Aquello pudo costarle la cárcel. Ahora demuestra que no necesita usar la violencia agitando a un grupo de extremistas, sino que puede vencer con los votos, gracias al malestar que la inflación de los últimos dos años ha dejado en muchos hogares. En la próxima cita Trump puede aumentar su margen gracias a la retirada de Vivek Ramswami, la segunda opción de los seguidores de Trump.
Nunca en la historia de los caucus de Iowa se había visto una victoria tan abrumadora. Las primeras proyecciones le otorgaban el 51% de los sufragios depositados en asambleas de vecinos, lo que supondría 30 puntos de ventaja sobre su rival más cercano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, que habría obtenido el 21%. Eso es más del doble que el récord anterior, establecido por Bob Dole en 1988, cuando sacó doce puntos de ventaja. Dole perdió las elecciones generales, como casi todos los ganadores de los caucus de Iowa, que del Partido Republicano solo han llegado hasta la Casa Blanca George W. Bush.
Con la vista puesta en noviembre, donde todo indica que se enfrentará nuevamente a Joe Biden, atacó a su rival al que acusó a de ser «el peor presidente de la historia». Su mensaje de que «está destrozando el país» ha calado entre la población que sufre directamente los efectos de una economía enferma por la pandemia. La economía y la inmigración son las principales preocupaciones de quienes se acercaron a votar anoche, pese a sufrir las temperaturas más frías que se hayan vivido nunca en el estado, -27 grados con una sensación térmica de -37. El mensaje de lo importante que era esta cita para el futuro del país había calado tanto que unas 110.000 personas (frente al récord de 180.000 establecido en 2016) salieron a votar en la oscuridad de la noche, ya que el programa de los caucus obliga a reunirse con los vecinos en los precintos asignados a las 7 en punto de la tarde.
Mientras los demócratas han cambiado el formato al voto por correo, Trump prometió anoche que bajo su mandato se suprimirá ese modelo y sólo se permitirá votar el día de autos en papel. «¡Tú no perdistes!», le gritó una mujer desde el público. «¡Te queremos!».
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