Trump se apodera de la escena

Los demócratas, y naturalmente los republicanos, saben que los próximos actos le garantizan al magnate muchos minutos de televisiones y radios, además de amplios espacios en los periódicos y digitales. Para el equipo de Biden resulta especialmente preocupante porque Trump ya lleva haciéndose notar desde hace dos meses, a raíz del 'caso Stormy Daniels' y la reciente sentencia del Tribunal Supremo que otorga inmunidad a los presidentes estadounidenses en el ejercicio de su mandato.

Quizá mucho de lo que se ha publicado es negativo, pero en el cuartel demócrata hay miedo ante el recuerdo de la campaña de 2016. Trump acaparó las portadas durante días y días, muchas veces para difundir sus declaraciones extemporáneas, hacer humor de las baladronadas y actitudes del candidato «del pelo naranja» u opinar de como Estados Unidos podría elegir a un individuo así. Pero el magnate se hizo conocido, familiar y ganó.

Con Biden en horas extraordinariamente bajas, los republicanos quieren exprimir a tope la selección del compañero de viaje que tendrá su líder en las elecciones. Trump no es un político interesado en entrenar a sus 'segundos' ni a posibles sucesores, que es una de las cualidades que adquirirá su vicepresidente. Se trata de un cargo de alto riesgo. Cabe recordar que, durante el asalto al Capitolio de 2020, una masa radical buscó a su 'número dos' por todas las dependencias al grito de «Colguemos a Mike Pence» y él no dijo nada.

El partido quiere anunciar al compañero de fórmula del magnate el próximo día 15. Las normas de la convención indican que el elegido hable a la audiencia el 17. Trump no ha dado señales de tener un candidato. De hecho, esta misma semana ha seguido debatiendo sobre ello con los líderes republicanos. Sin embargo, es posible que forme parte del 'show'. El martes ofrece un mitin en Miami y cabe que adelante el nombre entre los párrafos que previsiblemente dedicará a la aparente debilidad de su oponente, un filón que sigue aprovechando en su red social con continuas alusiones al «durmiente» Joe.

De momento, media docena de nombres figuran entre los posibles llamados a emparejarse con el aspirante. Entre ellos, figuran los senadores JD Vance (Ohio) y Marco Rubio (Florida), rival en el pasado del magnate y ahora leal defensor cuando se trata de defenderle de los jueces -que le persiguen como si fueran «tribunales castristas»- o proclamar sus políticas. Paradójicamente, no acudió al juicio de su 'jefe' en Manhattan y tampoco ha ido a Mar-a-Lago, la mansión que todo líder republicano con aspiraciones debe visitar. Rubio, de origen cubano tiene el visto bueno del partido por su capacidad de atraer el voto hispano.

También el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y los congresistas Byron Donalds (Florida) y Elise Stefanik (Nueva York) poseen muchos enteros. Los republicanos están satisfechos. Aseguran que el hecho de que a Trump le guste marear la perdiz y la juventud de quienes figuran como posibles compañeros, todos por debajo de los 50 años salvo Rubio, garantiza una nueva generación de republicanos emergentes para ocupar cargos públicos importantes e incluso encabezar la carrera a las presidenciales de 2028.