Trump acudirá este sábado a París para la reapertura de Notre Dame

«Es un honor para mí anunciar que viajaré a París, Francia, el sábado para asistir a la reapertura de la magnífica e histórica catedral de Notre Dame, que ha sido completamente restaurada después de un incendio devastador hace cinco años», ha escrito Trump en Truth Social este lunes para confirmar su asistencia. Además, ha agregado que «Emmanuel Macron ha hecho un trabajo maravilloso para garantizar que Notre Dame haya sido restaurada a su máximo nivel de gloria, y aún más. ¡Será un día muy especial para todos!»

El Gobierno de Francia prevé que, además de Trump, asistan alrededor de un centenar de jefes de Estado al acto de reinauguración. El límite de aforo para el evento, que tendrá lugar en la explanada de la catedral, será de 3.000 personas. Se trata de una ceremonia muy importante para la población gala y para la comunidad religiosa, donde tendrán lugar varias actuaciones musicales.

La catedral de Notre Dame cuenta con una larga historia. Su construcción comenzó en 1163, y no fue hasta casi 200 años después, en el 1345, cuando fue completada. En el momento del incendio, Macron se propuso reconstruirla al completo en un periodo de cinco años, y no solo eso, sino «hacerla más hermosa». Ahora, asegura que este objetivo «se ha cumplido». En el proceso de restauración se han invertido unos 700 millones de euros, y se han involucrado más de 250 empresas.

A día de hoy, sigue sin saberse cuál fue la causa que originó el incendio. Pero de lo que no quedan dudas es de que el episodio ocasionó una gran preocupación mundial. Las más de 9 horas en las que Notre Dame ardió fueron muy largas. Durante esos instantes en los que las llamas devoraban partes del edificio, Donald Trump escribió lo siguiente en Twitter: «Es horrible ver las imágenes de Notre Dame ardiendo. ¡Quizás se podrían utilizar hidroaviones para apagarlo. ¡Debemos actuar rápido!»

Sin embargo, los expertos calificaron de «ridículos» sus consejos. El portavoz de los Servicios de Emergencia Nacional, Michael Bernier, afirmó que, de haber llevado a cabo ese plan, «todo se habría derrumbado» y que hubiera sido como «jugar a los bolos en la catedral, ya que las dos torres podrían haber caído». Apagar las llamas desde el aire «hubiera sido totalmente imposible y, sobre todo, absolutamente inútil». Además de eso, añadió que la medida habría puesto en riesgo la vida de los bomberos.