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La semana había empezado bien en Baltimore. Después de una década bañada en sangre, con asesinatos casi a diario en sus calles, el alcalde celebraba el lunes que en 2023 el número de homicidios se hubiera quedado por debajo de los 300. Era la primera ... vez desde 2015 que el balance resultaba tan 'positivo'. «Aún hay mucho trabajo por hacer, pero debemos reconocer lo lejos que hemos llegado en tan sólo unos pocos años», comentaba Brandon Scott en el discurso final sobre el estado de la ciudad que ponía el broche también a su primer mandato. La cifra acababa de madrugada sepultada bajo la tragedia del puente Francis Scott Key, hecho pedazos por el impacto del carguero Dali contra uno de sus pilares.
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Los vecinos de Baltimore -algo menos de 600.000 en el censo- se habían ido el lunes a dormir con cierta esperanza, la que da saber que la criminalidad en sus calles comenzaba a reducirse tras una década negra. «La ciudad veía regularmente a más de 300 habitantes asesinados cada año», recordó el alcalde en el Baltimore Center Stage. Casi tantos como en Los Ángeles, con una población seis veces mayor. En 2023, los homicidios disminuyeron un 20% (hubo 263 en total) y en 2024 se espera que caigan otro 21%. «Eso nunca será suficiente hasta que no perdamos a ninguno de los nuestros a causa de la violencia», advirtió Scott, que quiere dejar la tasa de asesinatos a cero en este rincón ubicado en el centro del Estado de Maryland.
El objetivo es ambicioso si se tiene en cuenta que hace poco más de un lustro, en 2017, se llegó a lanzar una campaña para un alto el fuego en Baltimore que durara 72 horas y fracasó. Todo había comenzado un par de años antes cuando el asesinato del joven negro Freddy Gray tras su detención desató una ola de disturbios en la ciudad que con el paso del tiempo, lejos de templarse, se enquistó. Scott decidió al entrar en la Alcaldía promover su propia estrategia para la reducción de la criminalidad, un plan que incluía mediadores de conflictos a pie de calle y el control de las armas como una de sus principales batallas. Con un revólver en el bolsillo, defiende, «los pequeños conflictos cotidianos se convierten en una violencia horrible».
En 2023 se confiscaron 2.900 armas en Baltimore y este año se han retirado ya cerca de 600. El alcalde aseguró que la persecución en esta ámbito va «desde los que aprietan el gatillo hasta los que suministran» y, en esa línea, el Ayuntamiento ha iniciado varias demandas. La empresa Polymer80, principal fabricante de armamento 'fantasma', sin serie y casi imposible de rastrear, o la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos han sido sólo dos de las denunciadas. Pero Scott no se olvida de que la droga sacude también la tranquilidad en las calles de esta urbe, donde a principios de mes se arrestaba a un grupo de narcotraficantes en el barrio de Irvington.
El caso de Baltimore no es único en Estados Unidos, donde más de una veintena de ciudades cerraron 2023 con menos asesinatos que un año antes. Filadelfia (con 410), Chicago (617) o Nueva York (391) fueron tres de ellas aunque en otras como Memphis se rompieron todos los récords en negativo al contabilizar 400 homicidios a lo largo del pasado año.
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