La reinvención de Trump choca con sus problemas judiciales y su caída digital

La posibilidad cada vez más cercana de que Weisselberg, que conoce donde están enterrados todos los 'cadáveres', pueda colaborar a cambio de un trato más favorable hacia el expresidente y su hijo Barry, ambos investigados por evasión fiscal, estrecha el cerco legal al expresidente. Como responsable de autorizar todos y cada uno de los movimientos financieros del conglomerado Trump, el asesor se enfrenta también, como coautor, a cargos de fraude fiscal, bancario y de seguros, además de otros propios de evasión de impuestos por recibir compensaciones en forma de beneficios.

Para colmo, Allen Weisselberg, ojos y oídos de Trump en la empresa, ha sido vinculado hace unos días a otra investigación más, esta vez por parte la Fiscalía de Washington D.C., que por ahora le implica en el desvío de 107 millones de donaciones del Comité Inaugural a la familia Trump. Esta organización sin ánimo de lucro recibió aportaciones exentas de impuestos en concepto de pago por habitaciones de lujo en hoteles y entradas para la fiesta inaugural del presidente en el hotel Trump de la capital federal en 2016.

La vinculación fue realizada por el jefe de la revista 'Mother Jones' en Washington, el periodista David Corn, quien descubrió el nombre de Weisselberg en uno de los correos electrónicos del registro administrativo en el curso de una auditoría sobre el Comité. Con esta nueva citación judicial, la presión aumenta sobre el jefe de finanzas de Trump, convertido ya en la pieza central del entramado legal contra el multimillonario. Una investigación más real que nunca porque cuenta con números y detalles concretos en lugar de argumentos subjetivos o circunstancias ficticias.

Y es precisamente esa claridad la que tiene a la gente de la órbita de Trump nerviosa y, según personas cercanas al equipo, «un poco asustada». No es para menos. Una investigación de este tipo impone un gran coste a la Organización Trump. De hecho, ahora cada vez que solicite un préstamo a un banco está obligada a revelar a la entidad todo lo que sabe sobre estas supuestas irregularidades para evitar una potencial demanda de ocultación de hechos que pudieran incidir en la determinación de la concesión.

Asimismo, la corporación debe presentar la misma información a inversores, clientes y a otras entidades y partes asociadas, de forma precisa y completa, algo que puede intimidar a prestamistas y socios comerciales.

Preparar una estrategia de defensa para litigar múltiples investigaciones con abundantes cargos penales y civiles, atendiendo además a distintas leyes en estados y distritos, requiere enormes recursos y un inmenso capital de ingenio legal. Equipos de onerosos abogados especializados en cargos de fraude bancario, fiscal y de seguros. Aun así, Donald Trump parece más obsesionado en recuperar la atención de las audiencias en internet y dominar la opinión pública como siempre se ha jactado de hacer.

Pero la reinvención mediática para capitalizar el inmenso seguimiento del otoño que, a pesar de perder las elecciones, le granjeó un récord de votos y una audiencia nacional que logró movilizar al asalto del Capitolio el pasado 6 de enero, simplemente no se ha producido. Su intento a través de la nueva plataforma digital ha decepcionado incluso a sus propios asesores.

La pasada semana, tanto el sitio web de Trump como su nuevo blog, la página de recaudación de fondos y la página de mercancía en línea apenas atrajeron visitantes. Las conversaciones en línea sobre el exmandatario se han desplomado a números de hace cinco años, ha caído en popularidad y su seguimiento parece haberse desvanecido.

Desde que su plataforma digital en Facebook y Twitter fuera bloqueada el 8 de enero, Trump se ha quejado de que sus declaraciones no reciben tanta atención. El expresidente está prohibido y ha sido ignorado en casi todas las redes sociales importantes. Según los medidores digitales, el compromiso social en las redes en torno a Trump, incluidos los 'me gusta', reacciones, comentarios y contenidos compartidos sobre él en redes sociales como Facebook, Twitter, Reddit y Pinterest se han desplomado en un 95% desde enero.

Su blog 'El despacho de Donald Trump', que él y su equipo han promocionado hasta la saciedad por redes sociales y en entrevistas de televisión, ha sido compartido en Facebook en menos de 2.000 veces al día y esta semana su servidor de internet bloqueó unos contenidos que divulgaban falsedades.

Recluido ahora en Mar-a-Lago, Palm Beach, Trump se obsesiona ahora en urdir su propia vuelta al poder para lo que se ha asociado con figuras algo marginales como Newt Gingrich, su exjefe de gabinete Mark Meadows y el senador Lindsay Graham, y el ex presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy. Reunidos en Mar-a-Lago, el grupo trabaja en la elaboración de una agenda política que describe la doctrina MAGA (Make America Great Again) para el partido, un documento que le permitiría insertarse en el ruedo del ciclo electoral de 2022 para recuperar la Cámara y el Senado.