La 'pick up' de Tesla usada en el atentado de Las Vegas que más disgustos da a Elon Musk

Lo que algunos llaman camioneta fue presentada en noviembre de 2019 y pasaba por ser uno de los modelos más robustos del mercado. No ha sido así. El mismo día de su puesta de largo ante el público y los medios de comunicación, sus supuestos cristales irrompibles de lunas y ventanillas quedaron dañados en unas de las pruebas. Musk dijo entonces que se trataba de un obstáculo que se solventaría con el tiempo y parece que así ha sido: en la explosión de Las Vegas, estos elementos no han resultado afectados.

Pese a todo, el plan de sacarlo al mercado siguió adelante. La idea era comenzar a comercializarlo en 2021, pero las primeras entregas no se realizaron hasta diciembre 2023. Eso sí, por un precio mucho mayor de lo que inicialmente se había anunciado.

Con un diseño protagonizado por unas aristas muy marcadas y un peso que supera las 3 toneladas, el empresario reconvertido ahora en mano derecha de Trump y defensor de la ultraderecha alemana definía sus bondades con una sola frase: «Si tienes una pelea con otro coche, ganarás». Su solidez se ha conseguido gracias al uso de paneles de acero endurecido que, según Tesla, resisten incluso algunos tipos de proyectiles. ¿Una gran ventaja? En realidad no, y lo demuestra el hecho de que no se permita su circulación por Europa, donde sus afiladas aristas no cumplen con los estándares de seguridad.

Sus dimensiones y tonelaje lo hacen muy peligroso para otros conductores en caso de choque, y aún más letal si el encontronazo es con peatones o ciclistas. Y la supuesta protección extra de sus ocupantes está siendo puesta en duda por varios especialistas e instituciones de seguridad incluso dentro de Estados Unidos. Y es que la robustez de esta especie de tanque sobre ruedas lleva aparejada una rigidez que hace que la energía cinética generada en un choque comprometa la estructura del 'Cybertruck' y, por ende, a sus pasajeros. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA) estadounidense investiga un accidente ocurrido el pasado verano en el que, tras salirse de la carretera y chocar contra una estructura de hormigón, el Tesla estalló en llamas y el conductor murió.

La lista de problemas continúa y no es pequeña. Incluye fallos en la autonomía de sus baterías, problemas en las prestaciones de la tienda de campaña que incluyen algunos modelos, algunas aseguradoras se niegan a suscribir pólizas con sus dueño o las ponen por las nubes por su potencial de causar daños a terceros, cortes accidentales con sus pronunciadas aristas...

Y ahora protagoniza un atentado en el que, eso sí, ha demostrado que algunas de sus virtudes han evitado males mayores. Las características de sus materiales lo hacen un vehículo casi blindado, por lo que la onda expansiva se ha dirigido hacia arriba, evitando mayores daños en los alrededores.