Los obispos amenazan con negar la comunión a Biden por apoyar el aborto

Desafiando los llamamientos del Vaticano, los obispos votaron en su asamblea general redactar una declaración formal sobre el 'significado de la Eucaristía en la vida de la Iglesia'. La decisión fue aprobada en una reunión virtual por una amplia mayoría: 168 votos a favor, 55 en contra y 6 abstenciones. Se trata de un documento en el que los prelados sopesaron la conveniencia de reafirmar la doctrina de la Iglesia pese al riesgo de sembrar la división partidista. Está previsto que la declaración sea presentada para su aprobación en la reunión de la conferencia, que se celebrará el próximo noviembre.

El obispo Kevin Rhoades, de Fort Wayne-South Bend, Indiana, señaló que el comité que redacta la declaración «analizará el tema de la coherencia eucarística». Michael Burbidge, de Arlington, Virginia, afirmó a su vez que el documento trata sobre «no excluir a ninguna persona de la iglesia». De esa manera, el alcance práctico de la decisión será limitado, pues dejará a cada obispo la responsabilidad de decidir si los políticos que apoyan el aborto pueden recibir o no la Eucaristía, uno de los rituales más sagrados del catolicismo. Tras ser preguntado sobre esta medida y la posibilidad de que se le negara la comunión, Biden apuntó que «es un asunto privado y no creo que vaya a suceder».

No es la primera vez que las posturas liberales de Biden tropiezan con la doctrina de la Iglesia. En 2019, un sacerdote de Carolina del Sur rechazó dar la sagrada comunión al actual presidente debido a su postura sobre el aborto. El Catholic News Service informó en mayo que el Vaticano había advertido a los obispos estadounidenses que procedieran con cautela con políticas diseñadas «para abordar la situación de los católicos en cargos públicos que apoyan la legislación que permite el aborto, la eutanasia u otros males morales».

Biden, que cuando viajaba como vicepresidente de Obama enviaba a alguien para que le buscara iglesias para ir a misa y comulgar, ha realizado afirmaciones públicas durante la última década que no han gustado a la Iglesia. «No creo que tengamos el derecho de decirle a otras personas que las mujeres no pueden tener control sobre sus propios cuerpos. Es una decisión entre ellas y sus médicos», aseguró sobre el aborto.