Puede que viva para contarlo, pero no volverá a caminar libre por las calles. El juez todavía no ha emitido sentencia, pero el miércoles Patrick Crusius, de 24 años, se declaró culpable de haber asesinado a 23 personas en el peor tiroteo masivo contra hispanos ... que se haya vivido en EE UU.
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La sala estaba repleta de víctimas y familiares que querían ver con sus propios ojos al asesino que destrozó sus vidas. En lugar de encontrar paz con la decisión, la mayoría se fue decepcionada: Crusius no mostró el menor signo de remordimiento. Precisamente por eso muchos esperan que el fiscal del condado sea capaz de sacar adelante otro caso contra él que involucre la pena de muerte. El Gobierno federal aceptó cambiarla por 90 condenas a cadena perpetua, aunque la última palabra será del juez.
Impertérrito, el joven que condujo diez horas hasta un Walmart de la frontera de Texas con México, donde esperaba matar a más hispanos, está convencido de que «los instigadores son ellos», contó en el manifiesto racista que colgó en internet antes de abrir fuego contra los padres y niños que compraban material escolar ese 3 de agosto de 2019. «Yo solo defendía a mi país de la invasión», alegó.
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