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T. Nieva
Sábado, 30 de septiembre 2023
Los viajes por tierra, en el metro de la ciudad y en los principales aeropuertos de Nueva York, en la costa este de EE UU, quedaron paralizados el viernes como consecuencia de una tromba de agua récord que afectó a toda la ciudad. La gobernadora ... y el alcalde, Kathy Hochul y Eric Adams, respectivamente, tuvieron que declarar el estado de emergencia en la metrópoli, así como en Long Island y en el valle del Hudson, por las lluvias torrenciales con las que se despertaron los residentes.
Hochul y Adams instaron a los neoyorquinos a permanecer en sus hogares y alejados de las carreteras. «Esta es una condición climática peligrosa. Es momento de precaución», advirtió Adams sobre un fenómeno que acumuló casi 20 centímetros de precipitaciones en el aeropuerto JFK, según el Servicio Meteorológico Nacional, lo que hizo del viernes la jornada más lluviosa desde que se iniciaron los registros en 1948.
La gobernadora no dudó en afirmar que todo esto es resultado «del cambio climático». «Desafortunadamente es lo que tenemos que esperar como nueva normalidad», apuntó Hochul. Además de inundaciones en autopistas, calles y pasos subterráneos, se registraron graves daños en el metro de la ciudad y 150 escuelas quedaron anegadas por las aguas. Una de ellas se vio incluso obligada a evacuar a sus alumnos.
El zoo de Central Park también sufrió daños, lo que provocó que uno de sus leones marinos, un hembra conocida como Sally, se escapara brevemente de su recinto. Los trabajadores de la instalación monitorearon sus movimientos y lograron devolverle pronto a su lugar. Al margen de este incidente, que se quedó tan solo en una anécdota, al menos media docena de personas tuvieron que ser rescatadas por los bomberos de Nueva York de sótanos y otras quince del interior de sus vehículos.
El alcalde de Nueva York Eric Adams aseguró hace unas horas que debido a estas inundaciones no se habían notificado víctimas mortales, antes de responder a las críticas de que su administración no hizo lo suficiente para alertar a los ciudadanos antes de la tormenta. «Si a alguien le ha pillado desprevenido, debe de haber estado viviendo bajo una roca».
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