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Aitor Alonso y Óscar Beltrán de Otálora
Jueves, 27 de junio 2024, 13:44
Joe Biden y Donald Trump se enfrentan este jueves (madrugada del viernes en España) en su primer debate de las presidenciales de noviembre. No es un debate decisivo, habrá otro en septiembre, pero puede alterar la carrera electoral: ninguno de los dos aspirantes es de momento oficialmente candidato de su partido y ambos llegan con una pesada carga que les impide abrirse campo en el electorado no convencido: Biden, por su edad. Trump, por su temperamento. El 70% de los electores americanos se plantea sintonizar esta noche el espectáculo televisivo, según las encuestas. Y hay más electorado indeciso que nunca.
Cuándo es. La hora de inicio son las 3 de la mañana en España. La programación televisiva sobre el debate arrancará antes, hacia las 2.00.
Dónde se puede ver. La cita es en el plató de la CNN en Atlanta y se podrá seguir desde España a través de TVE1, Canal 24horas y La Sexta, además de por la CNN Internacional y CNN en Español.
Por qué es importante. Es la primera vez que Joe Biden y Donald Trump comparten espacio en la misma habitación desde el último debate de 2020. Es el primero de los dos choques dialécticos programados para las presidenciales (el segundo será en septiembre). No será por tanto decisivo, pero puede cambiar tendencias.
Qué necesitan. Ambos necesitan captar el voto de los electores moderados e independientes, el grueso de una nación que tiene en la inflación y la inmigración sus principales problemas domésticos. En este último apartado es donde pueden aflorar los mensajes más extremistas. En las últimas encuestas, ambos aspirantes suman el 83% del voto (el resto se reparte entre 'terceros' candidatos, los independientes Robert F. Kennedy, Jill Stein, Chase Oliver y Cornel West), mientras en campañas anteriores los dos principales partidos acaparaban más del 90%. Esto quiere decir que hay un mayor porcentaje de voto por conquistar para Trump y Biden, lo que convierte este debate en potencialmente más relevante que los anteriores.
Cómo será el debate. La mecánica favorece el mensaje moderado porque está previsto sin público (por primera vez desde los 60) y con el micrófono cerrado para el aspirante que no esté en el uso de la palabra, con lo que no podrá haber interrupciones constantes como las que convirtieron el debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en difícil de seguir. Ambas fueron peticiones del equipo de campaña de Biden. Habrá dos pausas y los candidatos no podrán interactuar con sus equipos de campaña en esos momentos. Tampoco podrán llevar accesorios ni notas escritas de antemano.
A quién beneficia. Podría pensarse que ello perjudica a Trump, más acostumbrado a bajar al barro dialéctico. Pero si su intención es acercarse al electorado moderado podría incluso venirle bien para dulcificar su figura. «Este puede ser el debate más aburrido. O el más emocionante, quién sabe», dijo Trump en un acto de campaña esta semana.
En qué hay que fijarse. La campaña americana pivota sobre un tema capital: ¿Están los aspirantes capacitados para desempeñar el cargo más importante (o uno de ellos) del planeta? Biden, 81 años, ha protagonizado episodios que han puesto en duda su agudeza mental, como el último despiste en la cumbre del G7, del que le rescató la primera ministra Georgia Meloni. Donald Trump (78 años), por su parte, es rehén de su singular personalidad y mientras sus votantes esperan de él que haga sangre con el aspirante demócrata tiene que ser consciente de que su misión es cautivar al sector del electorado menos acólito.
Dos modelos. En definitiva, lo que se pone sobre la mesa es elegir entre el temperamento de Trump o la edad de Biden. Según algunas encuestas, la ventaja que está demostrando Trump sobre su oponente se debe básicamente a estos votantes «menos comprometidos».
Qué hay que hacer para ganar. En los círculos políticos americanos se habla de un debate de expectativas tan bajas que ambos pueden salir victoriosos para la opinión pública con muy poco esfuerzo. En el caso de Trump, «si no se prende fuego literalmente, algunos dirán que es francamente presidencial», escribía en un artículo de opinión en The New York Times Hillary Clinton, la única persona que ha debatido con los dos. En el de Biden, porque ha sido presentado como un «cadáver ambulante», por parte de sus oponentes, de manera que con «no morirse en directo» y articular un discurso razonado sería suficiente para salir triunfante.
Qué dicen las encuestas. Trump va ganando en las encuestas pero por un escaso punto, según una encuesta de la CBS difundida este domingo (50% del voto iría para Trump, el 40% para Biden). Una de las claves es la condena que recayó sobre el magnate el pasado mes de mayo por 34 delitos graves, por comprar el silencio de una actriz porno con la que mantuvo relaciones. Esa sentencia no ha hecho que dejé de ser el preferido de los encuestados, pero sí que ha perdido, por ejemplo, seis puntos entre los indecisos, según un sondeo realizado por Marist, un 'think tank' sobre sondeos de opinión. El fallo legal hizo que la ventaja de dos puntos de Trump tenía hasta la primavera se redujera a un punto.
Quiénes son los moderadores. Los dos moderadores serán Jack Tapper y Dana Bash, dos periodistas de muy reconocido prestigio que ya presentan juntos el programa 'State of the Union' en la CNN. Ambos proceden de familias judías y tienen un larga carrera en diversos medios de comunicación. Tapper es autor de numerosos libros sobre cuestiones actuales de la historia de Estados Unidos como la muerte de Osama Bin Laden. Además, es dibujante de viñetas cómicas de temas políticos para varios medios. Por su parte, Dana Bash llegó a ser la corresponsal política de la CNN y ha aparecido en la lista de las mujeres más influyentes de Washington. Abandonó su cargo en la Asociación Internacional de Mujeres Judías por sus enfrentamientos sobre el derecho al aborto, del que es partidaria.
Antes de irte… el drinking game (el juego de la bebida, en inglés) es una tradición norteamericana nacida en los años 60 durante los debates presidenciales. La idea es que un grupo de amigos se siente ante el televisor con una botella de licor -whisky, a poder ser-. Los participantes eligen un bando -Biden o Trump- y a partir de ese momento empieza el juego. Cada vez que uno de los aspirantes dice una palabra determinada, la persona que va con él tiene que tomarse un chupito. Estos términos están establecidos de antemano. Por ejemplo, cada vez que Trump mencione los delitos del hijo de Joe Biden, el jugador tiene que beber un vaso de alcohol. Los que van con Joe Biden deberán hacerlo cada vez que éste pronuncie la palabra 'clase media'. Las reglas son muy variadas. Por ejemplo, se establece que todos los participantes tienen que tomar su trago cada vez que uno de los candidatos mencione a su mujer. Es una forma de hacer menos aburrida la política.
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