Chuck Schumer considera a Netanyahu uno de uno de los cuatro grandes obstáculos para la paz. EFE

El líder demócrata en el Senado de EE UU pide la dimisión de Netanyahu

El Gobierno de Biden se sitúa al borde de la fractura con Israel por el alto coste humano de la ofensiva en Gaza y su negativa a minimizar bajas civiles en Rafah

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Jueves, 14 de marzo 2024, 22:03

Chuck Schumer, el cargo demócrata más alto en el Congreso de EE UU, avisó este jueves por adelantado a la prensa de un histórico discurso en el que por primera vez se pide desde las altas esferas la dimisión de Benjamín Netanyahu y la celebración ... de nuevas elecciones en Israel. Decía hablar a título personal, pero nadie cree que el líder del Senado, estrecho colaborador del presidente Joe Biden, actúe por su cuenta. Especialmente cuando los micrófonos abiertos y fuentes cercanas de la prensa en la Casa Blanca se han hecho eco en las últimas semanas de la creciente desconexión entre el mandatario estadounidense y el primer ministro hebreo.

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Biden ha llamado «gilipollas» a Netanyahu y ha mostrado su malestar por la incapacidad de razonar con él para que minimice las bajas civiles en su ofensiva de Gaza. Las palabras de Schumer, senador por el Estado de Nueva York, el que más población judía concentra en todo el país, son una muestra de que Estados Unidos está a punto de romper filas con su aliado.

Schumer citó a Netanyahu como uno de los cuatro grandes obstáculos para la paz, particularmente desde que «perdiese el norte» al hacer coalición con la ultraderecha. «Si continúa practicando políticas peligrosas e inflamatorias que ponen a prueba los estándares existentes de EE UU para asistirle, entonces no tendremos más remedio que jugar un papel más activo en definir las políticas israelíes mediante el uso de nuestra influencia para cambiar el curso presente».

Se trataba de la amenaza más directa que haya hecho nunca EE UU al Gobierno de Netanyahu, aunque el presidente Biden no haya dado la cara directamente. Israel depende de la ayuda económica, política y militar de su principal aliado en el mundo, sin el cual sería impensable que hubiera podido llevar a cabo la masacre Palestina durante los últimos cinco meses, en contra de la opinión pública mundial, que ha condenado de forma prácticamente unánime su actuación con resoluciones ante la Asamblea General de la ONU.

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«Si los extremistas continúan ejerciendo una influencia indebida en la política israelí, la administración (de Biden) tendrá que utilizar todos las herramientas a su disposición para asegurarse de que nuestro apoyo a Israel está alineado con nuestra meta más amplia de alcanzar la paz y la estabilidad de la región a largo plazo», insistió Schumer.

Respaldo mundial en mínimos

Todo indica que la negativa de Netanyahu a buscar una ofensiva en Rafah que evite una masacre de civiles será la gota que colme el vaso para Biden y los líderes demócratas, que se juegan el cargo en las elecciones de noviembre. Schumer dedicó la mayor parte de su discurso de 45 minutos a recordar su apoyo inquebrantable con Israel y su relación con el líder hebreo. «Creo de verdad que en su corazón tiene la seguridad de Israel como la más alta prioridad», le defendió. En cambio, no piensa lo mismo de los ministros Bezalel Yoel Smootrich y Ben Gvir, a cuya influencia atribuye que Netanyahu sea «demasiado tolerante con el coste civil en Gaza», lo que ha reducido «a mínimos históricos» el apoyo a Tel Aviv en el mundo. «Israel no puede sobrevivir si se convierte en un paria», advirtió.

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A ojos del Gobierno de Biden no hay más solución para el conflicto que la de dos Estados donde los palestinos vivan desmilitarizados, porque considera que Hamás y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas son también obstáculos para la paz que deben extirparse. En su visión, un solo Estado dirigido por Israel no sería viable porque los palestinos siempre serían mayoría y eso presentaría el riesgo de que tomasen el control. Ignoraba la posibilidad, al menos de palabra, de que el objetivo de la coalición ultraderechista de Netanyahu no sea simplemente extirpar a la milicia islamista, sino eliminar la presencia del pueblo palestino.

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