Seth Herald/Reuters

Kamala Harris encara las quejas de miles de manifestantes contra la guerra de Gaza

Los demócratas inician la convención que coronará a su nueva candidata con el reto de mostrar un partido unido

Mercedes Gallego

Enviada especial. Chicago

Lunes, 19 de agosto 2024, 22:27

«Aquellos que no pueden recordar el pasado, están condenados a repetirlo». La frase acuñada por el filósofo español George Santayana pesa como una maldición sobre la Convención Nacional del Partido Demócrata, que se abrió este lunes en Chicago para coronar a Kamala Harris. Lo ... que planea no es la sombra del encuentro de 1968 en esta misma ciudad, como se temía, sino la de 2016 en Filadelfia.

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Ese año la candidata presidencial, Hillary Clinton, decidió ignorar las protestas y las causas de los seguidores de Bernie Sanders, que juraron devolvérsela en noviembre quedándose en casa el día de las elecciones. Dado lo ajustado del resultado, sus votos pudieron haber impedido la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Una vez más están en las calles, pidiendo la atención de la candidata demócrata que aspira a ser la primera mujer presidenta de EE UU. «No, no hemos tenido ningún contacto con la campaña, Kamala no nos ha llamado«, respondió sarcástico Hatem Abudayyeh, director ejecutivo de Red de Acción Árabe Americana y presidente de la Red Comunitaria Palestina Estadounidense.

La organización es responsable de la mayor manifestación que se espera esta semana en Chicago, donde las protestas por la complicidad del Gobierno en la guerra de Gaza es la nota disonante en el mensaje de unidad que proyecta el partido en el poder. Como guiño inquietante, las marchas están centralizadas en la avenida Michigan, el Estado bisagra que Joe Biden ganó en 2020 por 154.188 votos, donde más de 100.000 demócratas votaron en blanco durante las primarias como protesta. En ciudades como Dearborn, casi la mitad de sus 110.000 habitantes son de origen árabe.

Preocupaciones del votante

Gaza no está a la misma altura que la inflación o la inmigración en las preocupaciones del electorado, pero tiene un gran impacto entre esas comunidades y la gente joven más educada. Con 40.000 muertos y dos meses y medio por delante para que los bombardeos sigan hiriendo la sensibilidad pública, el margen es peligroso. «¡Bombardear colegios y hospitales no es defensa propia!», gritaban este lunes los manifestantes.

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Biden fue la estrella de la primera noche, en la que pasó el testigo a su 'número dos' como aspirante a la Casa Blanca

En las 92 páginas del documento político del partido aprobado en esta convención aparece el apoyo a Israel. Los activistas piden suspender la venta de armas al Estado hebreo. Y una encuesta de YouGov y el Instituto de Oriente Medio publicada el viernes refleja que aproximadamente un tercio de los votantes demócratas de Arizona, Georgia y Pensilvania sería más proclive a votar por Harris si esta apoyase un embargo de armas a Israel. Biden ganó Arizona por apenas el 0,3% y Georgia por 0,23%.

Lo que sí está en el documento político del partido es una declaración de apoyo incondicional a la defensa de Israel y a la solución de los dos Estados, que incluye «el derecho de los palestinos a vivir en libertad y seguridad en un Estado propio viable». A los manifestantes eso les suena a más de lo mismo. «No se trata de cambiar de candidato, sino de políticas», declara Estee Chandler, que fuese delegada de Barack Obama en la convención de 2008. La posibilidad de que una mujer de color sea presidenta atrae mucho más a estos mismos manifestantes que la opción de ver a Trump de vuelta en la Casa Blanca, pero no es suficiente para ganárselos.

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«No vamos a votar por cualquiera de color que nos pongan delante, quiero saber cuáles son sus políticas», remacha Chandler. Y según las que está estructurando esta semana la demócrata, Ashley Metcalf prefiere votar por Jil Stein, aspirante del Partido Verde. En el año 2000, Ralph Nader, el candidato presidencial de esa formación, que nunca ha alcanzado representación parlamentaria, se llevó obtuvo en 97.488 votos. Al Gore perdió las elecciones frente a George W. Bush por solo 535.

Despliegue policial

Las manifestaciones de esta semana llevan meses en preparación y no han modificado su agenda con el cambio de candidato, pero sí se ha atemperado la rabia que alimentaba la participación. Los organizadores esperaban este lunes autobuses de todo el país, con más de 200 grupos que abanderan causas muy diversas, desde el derecho al aborto al de la comunidad gay, lesbiana y transexual, convergiendo todas en la cuestión palestina, crisol de todas las injusticias.

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La Policía de Chicago observaba que, sin embargo, 200 grupos no suponen necesariamente decenas de miles de manifestantes. En la primera marcha del domingo, los agentes superaban en número a los cerca de 2.000 asistentes congregados junto a Grand Park. Brandon Johnson, el alcalde, se ha propuesto respetar la libertad de expresión y evitar que una carga policial acapare los titulares.

Kamala Harris, a su llegada al aeropuerto O'Hare de Chicago. Scott Olson/AFP

Biden fue este lunes la estrella de la primera noche, al pasar el testigo a Harris, con la misma plataforma política que se estructuró para su candidatura antes de que renunciase a ella hace un mes. Con esa emotiva despedida de agradecimiento por su sacrificio queda despejado el camino para qué en los tres días restantes se defina a la aspirante, que «solo está ahí porque un hombre blanco le ha pasado el testigo» observó resentida Metcalf . Ese es el pecado capital de Harris, que al no haberse sometido al voto de las bases en primarias es considerada por muchos como una imposición del partido que la encumbra con esta convención.

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