La justicia fija en 200.000 dólares la fianza de Trump en Georgia

Con todo, se puede decir que ha escapado con suerte y sigue teniendo un trato deferencial. Las leyes del Estado contemplan negar la fianza a cualquier individuo sospechoso de poder amenazar o intimidar a testigos, cómplices, jurado o jueces. No hay duda de que Trump lo ha hecho con todos. Por eso lo más llamativo del acuerdo de fianza que acordaron ayer sus abogados es que estipula expresamente que con solo colgar en las redes sociales cualquier tipo de intimidación, escrita por él o cualquier otro, estaría violando los términos. Eso incluye «pero no se limita» a los retuits a los que el expresidente es tan aficionado, una forma de tirar la piedra y esconder la mano.

Los tres abogados de Trump que han firmado el acuerdo, trabado con la fiscal del condado de Fulton Fani Willis, aceptan que su cliente «no se involucrará en amenazas directas ni indirectas de cualquier naturaleza» contra cualquier otro imputado en el caso o la comunidad en sí que le acusa. Será lo más difícil de cumplir y algo que puede terminar por meterlo entre rejas antes incluso antes de que sea condenado.

Los abogados del mandatario ya han tenido que intervenir para que cancelasen la conferencia de prensa que anunció para ayer lunes, en la que pretendía presentar un informe «irrefutable» de que le robaron las elecciones de 2020. Sus consejeros legales le rogaron que no les complicase aún más el trabajo, ya que eso podía ser usado en su contra para el juicio en el que se le acusará de haberse asociado delictivamente con otros abogados y cargos de gobierno para alterar el resultado de las elecciones en Georgia.

Trump ha desafiado las órdenes judiciales en sus mítines, alegando que nadie va a quitarle su derecho de expresión, algo que utiliza para enardecer a sus seguidores. La orden judicial también le impide comunicarse a partir de ahora «directa o indirectamente» con el resto de los acusados en el caso, lo que incluye al ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, con al que solo podrá mandar mensajes a través de sus abogados.

Todavía tiene hasta el viernes para entregarse en la cárcel del condado, donde el sheriff ha prometido tomarle las huellas dactilares y la foto policial «como a cualquier otro delincuente».