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Como todos los acontecimientos que han convulsionado al mundo, el origen del covid será para siempre un misterio que desate todo tipo de teorías a conspiratorias. La llegada del hombre a la Luna, el asesinato de John F. Kennedy, la caída de las Torres Gemelas … ... Da igual cuánto sepamos, siempre quedará espacio para la especulación y la incredulidad.
El Departamento de Energía estadounidense se ha sumado a los intentos de esclarecer el origen de la pandemia con un informe que filtró el domingo el 'Wall Street Journal', y refutado este lunes por diferentes órganos de gobierno. Según esto, el Covid se desarrolló a partir de un escape inintencionado de un laboratorio de Wuhan, lo que viene a respaldar, al menos parcialmente, algunas de las teorías de la conspiración más populares.
Son muchos los científicos que desde el principio han sostenido que un virus tan endemoniado no era producto de la naturaleza, sino algo fabricado por el hombre en un laboratorio. Como Wuhan es sede de varios laboratorios virológicos, la teoría se hacía plausible. De ahí que la conclusión del Departamento de Energía, «a la luz de nuevas evidencias», ha sido recibida con alivio por parte de quienes la han sostenido desde el principio.
«Si bien me hubiera gustado que esto llegara antes, estoy encantado de que el Departamento de Energía haya alcanzado finalmente la misma conclusión a la que yo había llegado», dijo triunfante el congresista republicano de Texas Michael McCaul, que preside el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja. Precisamente otro comité de esta Cámara sostendrá este martes una audiencia para discutir «los retos que presenta la amenaza del Partido Comunista Chino». Será un tema tan caliente como el aire que ha inflado el globo de la discordia en las últimas semanas, y al que la publicación de este informe añadirá más leña al fuego.
Hay, sin embargo, una gran diferencia con las conclusiones del Departamento de Energía y las de los conspiradores: el Gobierno estadounidense cree que el salto del virus del laboratorio al ser humano fue un accidente. Los más paranoicos están convencidos de que la pandemia fue parte de un experimento mundial para poner a prueba los métodos de control de la población e incluso reducirla.
Existe también un gran matiz: El Departamento de Energía dice haber alcanzado esa conclusión «con un bajo nivel de confianza», el mínimo que se puede aplicar a la inteligencia estadounidense en organismos oficiales. Dos fuentes del Comité de Inteligencia del Senado, al que la oficina del Director de Inteligencia Nacional informó de las conclusiones el mes pasado, dijeron a la cadena NBC que el informe refleja grandes desacuerdos sobre el origen del covid. Lo más probable es que también generen audiencias públicas para sacar a la luz lo que se sabe, tal como ha instado el senador republicano de Alaska Dan Sullivan, que no quiere que se desvanezca la validación que da el Departamento de Energía.
El problema es que por mucho que se discuta e investigue será imposible demostrar a ciencia cierta qué es lo que ocurrió, en parte porque en los primeros días de la pandemia el Gobierno chino eliminó todas las pruebas y destruyó los animales del mercado de Wuhan donde se registró el primer brote. El régimen de Pekín mantiene un gran hermetismo y se ha mostrado ofendido por el cuestionamiento del Ejecutivo estadounidense, en un mal momento para las relaciones. «El origen del coronavirus es un tema científico y no debería ser politizado», reprobó el lunes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del gigante asiático, Mao Ning.
Como alternativa, apuntó al comité de investigación de la Organización Mundial de la Salud que visitó el país a comienzos de 2021. Su conclusión fue que era «altamente improbable» que el virus se hubiera escapado de un laboratorio. Lo que no mencionó es que más adelante el jefe de ese equipo investigativo cuestionó la certeza de esa afirmación en el comunicado final que, dijo, se redactó después de dos días de intensas negociaciones con la contraparte China.
Pekín sostiene que el polémico SARS-CoV-2 fue una mutación natural que resultó del contacto entre seres humanos y animales infectados, donde la exposición inicial pudo limitarse a unos cuántos individuos asintomáticos. «La mortal obsesión por el control y el secretismo que tiene el Partido Comunista Chino llega a costa de la salud pública en China y en el mundo», dijo el Departamento de Estado a principios de 2021, frustrado por la falta de transparencia china. «El Gobierno estadounidense tiene razones para creer que varios investigadores dentro del laboratorio de virología de Wuhan se enfermaron en otoño de 2019 con síntomas consistentes tanto con el Covid-19 como con enfermedades comunes propias de la temporada, antes de que se identificasen casos del brote de covid», explicó. «Y eso siembra dudas sobre la credibilidad del investigador jefe, Shi Zhengli, que aseguró públicamente «cero infección» entre el personal del laboratorio y estudiantes».
Ante esas disparidades, los legisladores republicanos de EE UU exigen que su gobierno desclasifique toda la información relacionada con la pandemia y permita que el público llegue a sus propias conclusiones «tras un extenso debate».
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