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Por un día, este lunes en Nueva York todos los caminos conducen a Roma. Esta ciudad destartalada de 30.000 habitantes se encuentra al borde de la llamada «franja de totalidad» en la que se podrá ver un eclipse de sol en toda regla a ... lo largo de 15 Estados discurridos en trasversal, desde Texas hasta Maine, con 185 kilómetros de ancho. Es, también, una de las más cercanas a la ciudad de los rascacielos que, según el parte meteorológico, no tendrá nubes.
Esa alineación de astros ha convertido de golpe a Roma -Rome, en inglés- en un imán para los que buscan bañarse en la energía cósmica del eclipse. Familias completas llegaban el domingo hasta Ramada un motel de carretera con las peores reseñas imaginables de chinches y cucarachas. Tenían la sonrisa puesta, sus propias sábanas en la mano, por seguridad, y enormes neveras de playa llenas de provisiones, de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades, que anticipaban monumentales atascos tan históricos como el propio eclipse. «Estamos super entusiasmados», contaba una mujer mientras empujaba la nevera escaleras arriba. Los hindúes de la recepción habían vendido las últimas habitaciones a cinco veces su precio normal y todo el que llegaba les daba las gracias.
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Estadísticamente, las posibilidades de ver un eclipse de sol total en una determinada zona geográfica son de una cada 375 años, aunque en EE UU esa media incluye a lugares donde ya se vio en 2017, pero ninguno volverá a tener esa oportunidad hasta 2044. Hace cinco años Alley Babcock se alternó el volante con su mejor amiga hasta una playa de Carolina del Sur donde vivió por primera vez la experiencia de ver despertar en mitad del día a las criaturas de la noche.
«Se oyeron los grillos, las ranas, después los pájaros despertaron alborotados como si fuera el amanecer, ¡fue espectacular!», recuerda, «un baño de energía positiva para mi vida. Y hoy es el eclipse el que viene hasta mí, mira qué chulo», dice esta joven de la texana localidad de Rome. Está convencida de que vivir un eclipse de sol «cambia la dinámica de tu vida en cuestión de karma». En estos cinco años transcurridos le ha ido bien. Ya no es una estudiante, sino que se dedica a la publicidad y la fotografía, pero después de que este segundo eclipse termine de neutralizar su karma negativo, el cielo es el límite, se dice a sí misma, como en la ciudad de los rascacielos, de la que Roma está a la vez tan cerca y tan lejos.
Hoy 08/04/2024 un eclipse solar total será visible a través del norte de México, partes de 15 estados de Estados Unidos y el sureste de Canadá. Será uno de los eclipses más vistos de la historia. #EclipseSolar2024 pic.twitter.com/FjoZxUAD0f
— Tarotista José Iglesias (@Ji_Predicciones) April 8, 2024
Quienes han conducido toda una jornada para llegar hasta allí no se van a quedar sentados en el porche de ese viejo Ramada para arriesgarse a quedarse fuera de esa llamada «franja de totalidad» que a Suzanne Miller les suena a 'Star Trek'. Por eso se ha dejado «una ridícula cantidad de dinero», confiesa, en comprar por internet las últimas gafas que ha encontrado para ver el eclipse sin quemarse la retina. Tan difíciles son de encontrar a estas alturas que los periódicos dan recetas para filtrar la luz con las manos y hasta cámaras oscuras con cajas de cartón, pero el riesgo de daños oculares amenaza con multiplicarse en proporción a la escasez de esos rudimentarios visores tan disparados de precio como los moteles de carretera.
Rick y Karen, un matrimonio llegado de Maryland, planeaba salir de Roma a las seis de la mañana para intentar cubrir la última etapa de hora y media en cuatro o cinco horas, con la esperanza de llegar al punto estelar antes de que empezara el fenómeno pasado el mediodía. «Llega pronto y vete tarde», aconsejaban las señales de tráfico en carretera. La aglomeración de coches que se anticipaba en las carreteras al interior de esa zona despejada de la franja de totalidad era tal que los automovilistas iban preparados con gasolina y comida para pasarse el día en un atasco.
Decidido a evitarlo, Keith, un vecino de Rome, se había cogido este lunes el día libre en el trabajo dispuesto a no conducir. Para él lo fascinante del eclipse era la oleada de visitantes de todas partes del país que habían llegado a su ciudad dormida. «Roma tiene algo de especial», aseguraba. «De la base aérea de aquí despegaron el 11-S los cazas que fueron a interceptar el último avión. Aquí están las defensas nucleares y, ahora, el eclipse».
Solar eclipse on 8th April live from space...#SolarEclipse #SolarEclipse2024 #USA #EclipseSolar2024 #8Abril #spacepitanda #คัลแลนพี่จอง pic.twitter.com/f5tcL8zWUM
— Mehboob Alam Khan (@Mehboob67306376) April 8, 2024
En la barra del restaurante de la cadena Applebees donde lo contaba este lunes se servirá como cóctel especial el Perfect Eclipse, aunque la manager, Michelle Martinelli, sabe que cuando den las 3 de la tarde «probablemente todo el mundo se saldrá a la calle a verlo».
Hay playlists de música para el eclipse que van desde sonidos tecnos ibicencos a viejos éxitos, en los que siempre gana Bonnie Tyler con 'Total Eclipse Of The Heart'. Se ofrecen clases de Yoga Eclipse, «para danzar entre la luz y la oscuridad», se vende Leche de Luna, Almuerzos de sol y camisetas de eclipse.
«Ver un eclipse de sol al 90% está bien, pero ver un eclipse total es la hostia», decía Alley, sintiéndose privilegiada por segunda vez en su vida. En busca de esa buena energía, millones de personas se han sumado este lunes a los 31 millones que viven en esta franja de la totalidad para tapar al sol con un dedo de luna y bañarse para siempre en la mística celestial.
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