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«Inundaciones potencialmente mortales», es la alerta que el Servicio Meteorológico de Estados Unidos emitió el domingo ante la llegada de la tormenta tropical 'Hilary' al país. Tras su devastador paso por las costas de México en su avance hacia el norte –donde murió al ... menos una persona y algunas zonas de la península de Baja California quedaron gravemente anegadas– el temporal cruzó la frontera con EE UU, golpeando el suroeste de la nación.
Por primera vez en 84 años, deslizamientos de tierra, inundaciones repentinas, tornados aislados, vientos intensos y apagones mostraron el domingo y este lunes la furia de una tormenta tropical en el sur de California. La región acostumbrada a la sequía recibió en un sólo día más de la mitad de la lluvia que suele tener en todo un año. Los vendavales que viajaban a 72 kilómetros por hora y las calles donde el agua llegaba hasta la rodilla obligaron al Gobierno a declarar de manera casi inmediata el estado de emergencia. Una docena de personas tuvo que ser rescatada del cauce de los ríos y cientos de vehículos quedaron varados en medio de las carreteras.
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Desde hace ocho décadas, Los Ángeles no registraba este fenómeno. Se ordenó el cierre de las playas, donde cientos de personas intentaban retener el feroz oleaje con sacos llenos de arena. La alerta hizo que la gente corriera a las tiendas para abastecerse de agua y otros artículos de primera necesidad. Las estanterías vacías de los supermercados ya evidenciaban este lunes el nivel de preocupación de los ciudadanos. Las clases tuvieron que ser suspendidas, retrasando un día –a este martes– el inicio del curso. El distrito escolar de esta ciudad, el segundo sistema educativo más grande de Estados Unidos, clausuró todos sus campus.
«Una situación sin precedentes». Así fue descrito el temporal por Karen Bass, la alcaldesa de Los Ángeles, que vivió el domingo el día más lluvioso de su historia. «Sabemos que podría ponerse mucho peor», lamentó la regidora tras expresar que temía «que la gente salga cuando necesitemos que se quede en casa para mantenerse a salvo». La preocupación de la mandataria desvelaba el potencial destructor de 'Hilary'. El domingo ya había anegado algunas zonas de San Diego, Ventura y San Bernardino, donde se hizo un llamamiento a decenas de vecinos para que evacuaran algunos barrios.
Con la advertencia vigente y la población instada a mantenerse a salvo, California no dejaba de ser azotada por los desastres naturales. Al mismo tiempo de la llegada de la tormenta tropical se registró un terremoto de magnitud 5,1 con epicentro en Ojai, en el condado de Ventura, donde no hubo víctimas ni daños materiales.
Después de permanecer en vilo durante dos días, Estados Unidos ve remitir el poder de 'Hilary'. Este lunes, lo que se inició como un huracán de categoría 4, la segunda más peligrosa, se convirtió después en tormenta tropical y, finalmente, en ciclón postropical. Aunque significa que el nivel de riesgo se reducía, más de 25 millones de personas siguen bajo alerta por inundaciones.
En la tarde de este lunes, 'Hilary' se trasladó al estado de Nevada, donde el gobernador, Joe Lombardo, ya se había anticipado y había declarado el estado de emergencia un día antes tras el despliegue de un centenar de miembros de la Guardia Nacional en el sur de la localidad ante la tormenta.
Mientras se espera a que 'Hilary' desaparezca por completo, a última hora de este lunes, las autoridades ya se concentran en la actividad que hay en el océano Atlántico, donde tres tormentas ('Emily', 'Franklin' y 'Gert') se empiezan a agitar.
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