Secciones
Servicios
Destacamos
mercedes gallego
Corresponsal. Nueva York
Martes, 11 de agosto 2020, 21:50
Donald Trump ha puesto a prueba muchos de los límites constitucionales de Estados Unidos pero vetar la entrada en el país de sus propios ciudadanos con el argumento de que pueden ser sospechosos de contagiar el coronavirus sería una nueva marca incluso para él.
La ... noticia de que la Casa Blanca estudia esa medida «en interés de la salud pública», según publicó este martes el New York Times, ha puesto en guardia a las organizaciones de derechos civiles, pero en particular las que trabajan con inmigrantes, convencidas de qué se trata de una estrategia más para sellar la frontera sur.
México se ha convertido en el segundo país de Latinoamérica, después de Brasil, con más casos de Covid-19, y eso proporciona nuevos argumentos al gobierno de Trump, que ya cerró en marzo las fronteras con México y Canadá para todos los viajes no esenciales. Los documentos a los que ha tenido acceso el rotativo neoyorquino menciona específicamente la muerte del gobernador de Chihuahua, estado fronterizo con Texas, tras adquirir dos semanas antes el Covid-19.
Noticia Relacionada
En el borrador de la Casa Blanca al que ha tenido acceso el rotativo no se limita a la frontera sur, sino que extiende la potestad de rechazar a cualquier «persona» que llegue por cualquier puerto de entrada a Estados Unidos, incluyendo los aeropuertos, dejando la decisión a la discreción de los agentes migratorios. Para llevarla a cabo necesitaría la complicidad del Centro de Control y prevención de Enfermedades (CDC), que como todas las agencias implicadas tenía hasta anoche para enviar al ejecutivo su opinión legal sobre esta ampliación de las medidas existentes.
Pudo ser un loco o un pobre diablo de esos que buscan el suicidio mediante policía, método que se ha puesto de moda desde que los vídeos virales han demostrado lo fácil que es ser víctima de los agentes. Lo cierto es que el hombre de 51 años que amenazó a un miembro de los servicios secretos que custodia la Casa Blanca no tenía ningún arma, como aparentaba.
Thomas Sullivan, jefe de la División de Uniformados de los Servicios Secretos, hacía guardia en el puesto de inspección de la calle 17 con la avenida Pensilvania, cerca de las seis de la tarde, cuando el hombre corrió hacia él «agresivamente» pretendiendo llevar un objeto debajo de su ropa e hizo intención de dispararle, según declaró Sullivan. Automáticamente disparos guarda en serio en el torso al individuo cuya identidad no ha sido revelada.
Lo que consiguió fue darle un buen susto a Donald Trump, que en ese momento se encontraba en la sala de prensa disfrutando de las cámaras. «Señor, vamos a tener que salir», le interrumpió uno de esos grandullones calvo con traje de chaqueta y pinganillo en la oreja. «¿Qué?», se sorprendió el presidente. «Tenemos que salir, ha habido un tiroteo», insistió empujándole hacia la puerta».
Todos los periodistas quedaron encerrados en la sala durante 20 minutos, hasta que le hicieron salir por la puerta trasera. Trump volvió a la primera oportunidad, una vez que los servicios secretos decidieron que no había peligro para él. «Esta gente es fantástica, me siento muy seguro con los servicios secretos, son los mejores y los más entrenados», cuanto complacido el presidente.
John Hinckley intentó asesinar a Ronald Reagan en 1981 sólo para llamar la atención de la actriz Jodie Foster, a la que acosaba sin descanso. Se desconoce cuál era la motivación este burdo intento, pero puesto que el hombre sigue con vida se espera que la investigación llegue «al fondo del asunto», como prometió el mandatario.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.