La exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, con gesto serio tras depositar este sábado su voto. Reuters

Trump derrota en Carolina del Sur a Nikki Haley, que se resiste a renunciar como rival

La candidata cayó en el Estado donde ejerció como gobernadora pero se aferra a que hay «un enorme número de votantes republicanos que quieren una alternativa» al magnate

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Domingo, 25 de febrero 2024, 02:36

Donald Trump ha encadenado de forma consecutiva las tres victorias más importantes de las primarias republicanas con una contundencia abrumadora. Es, sin ninguna duda, el candidato oficioso de este partido a la presidencia de EE UU, que se enfrentará, igual de oficiosamente, a Joe Biden ... en noviembre, su oportunidad para la revancha. Pero el hecho de que su rival, Nikki Haley, siga en la contienda, incluso después de perder en casa el sábado por 60-40, pone de manifiesto su vulnerabilidad en las generales.

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El aparato republicano especula con las motivaciones de la exembajadora de Trump en la ONU para seguir en las papeletas, sin haber ganado una sola plaza ni tener expectativas de hacerlo. Unos dicen que ordeña la vaca de los donantes, y otros, que invierte en subir su perfil de cara a una futura candidatura en 2028, dado que solo tiene 52 años y ambiciones políticas probadas. Sin descartar posicionarse para el vacío potencial de que al magnate le fallase la salud o los tribunales, ella asegura que sus motivos son más puros: «Simplemente no creo que Donald Trump pueda batir a Joe Biden», dijo el sábado por la noche, al reiterar su decisión de seguir en la competición.

En su Estado natal, donde ganó dos veces la gubernatura, ha obtenido casi el 40% de los votos, y si bien dice saber contar y ser consciente «de que el 40% no es el 50%», bromeó, también sabe que no es «un grupo minúsculo». Pese a que se apoyó en el Tea Party para ganar elecciones y le correspondió con algunas de las leyes más radicales del país en tema de inmigración, Haley se presenta como la opción cívica del Partido Republicano, que sigue la tradición conservadora y garantiza la democracia con su presencia en las papeletas, para que estas primarias no sean «al estilo soviético, con un solo candidato». El resultado demuestra «que hay un enorme número de votantes republicanos que quieren una alternativa», dijo. Las encuestas a pie de urna en Carolina del Sur, también.

El movimiento MAGA

«Si Estados Unidos estuviera dominado por blancos mayores, evangélicos, negacionistas de la victoria de Biden, y sin educación universitaria, Trump ganaría por goleada», concluyó el portal web Axios tras analizar los resultados. El trabajo de la campaña de Biden será demostrar que el movimiento MAGA formado por Trump con su eslogan de 'Make America Great Again' es la base del Partido Republicano, pero no representa al país.

El 75% de los votantes de Nikki Haley cree que las elecciones de 2020 que dieron la victoria a Biden fueron justas, en contraste con el alarmante 62% de los votantes republicanos que le considera un presidente ilegítimo, coronado mediante unos comicios corruptos. Ese mensaje que movilizó a las masas para el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 ha sido remachado tanto en los últimos tres años que empieza a calar en la población general y presenta un grave dilema. Si Trump perdiera en noviembre, una gran parte de la población pensará que han vuelto a robarle las elecciones.

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75% de los votantes

de Nikki Haley considera que las elecciones que dieron la victoria a Joe Biden fuero justas, frente al 62% de los electores republicanos que le considera una presidente ilegítimo.

El pánico que desata su vuelta justifica la idea de que el partido en el poder no permitirá que gane. Haley es, en ese sentido, lo mejor que podría pasarle a EE UU, porque la victoria de Trump o Biden es una receta segura para el caos y puede que para la violencia. «Lo que nos están pidiendo es que nos peleemos los unos contra los otros, y la generación más joven, la de mis hijos, se merece algo mejor», concluyó la candidata el sábado.

En un hipotético enfrentamiento con Biden, Haley le gana con tranquilidad por entre 13 y 18 puntos, mientras que Trump le saca solo dos, dentro del margen de error. El magnate está ansioso por volver a la Casa Blanca. El sábado dijo que si tuviera el poder de dictar la celebración de elecciones generales, se producirían mañana. En un ejemplo del dime de qué presumes y te diré de qué careces, subrayó en dos ocasiones que el partido está «más unificado que nunca». Y extendió ese concepto a su familia para despejar dudas por la ausencia de su esposa Melania y su hija Ivanka en la campaña, al incluirlas en los agradecimientos por el inmenso apoyo que le prestan. A ninguna le dedicó tantos cumplidos como a su nuera Lara Trump, expresentadora de Fox, a la que quiere poner al frente de la formación republicana para controlar sus hilos y que pague por las indemnizaciones a las que ha sido condenado en los tribunales.

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Los demócratas, en casa

Trump está en proceso de consolidar su poder sobre la formación conservadora de Reagan y Bush y, paradójicamente, los demócratas pudieron haberlo impedido el sábado por la noche. Cerca de 400.000 estaban legalmente capacitados para votar en las primarias del Partido Republicano en Carolina del Sur, al no haberlo hecho en las del Partido Demócrata. Hubiera bastado con 150.000 papeletas para poner a Haley por encima de Trump. El desencanto político y la falta de impulso por parte de la formación de Biden, que sabe que el magnate es su mejor opción para ganar la reelección, les dejaron en casa.

«Lo que nos están pidiendo es que nos peleemos los unos contra los otros, y la generación más joven, la de mis hijos, se merece algo mejor»

Nikki Haley

Candidata a la nominación republicana

Estados Unidos se encuentra ante dos líderes que ponen sus intereses personales por encima de los del país. Algo que suena habitual en política, pero en este escenario nunca ha estado tan claro. Tocará explotar las pasiones más bajas del miedo y la ira. En Carolina del Sur Trump ha batido a Haley por 69% a 29% en inmigración, además de llevarse al 60% de los cristianos evangélicos blancos, frente a la candidata que defiende alcanzar un consenso nacional en el tema del aborto para no castigar a las mujeres.

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El martes planea cabalgar a lomos de los trabajadores de la industria automovilística de Michigan para anotarse otra victoria y rematar la faena el día 5, cuando voten de golpe 15 Estados y el territorio asociado de Samoa. A lo más que puede aspirar Haley es a posponer su toma de control del Partido Republicano, que ya está escrita.

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