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Como se esperaba, China reaccionó este jueves airadamente al anuncio de que Estados Unidos venderá armas a Taiwán por valor de 619 millones de dólares, según comunicó el Gobierno de Biden al Congreso. La noticia llega precisamente en el momento en el que la Casa ... Blanca amenaza al gigante asiático con represalias si vende armamento a Moscú, lo que pone en evidencia la hipocresía de Washington.
«La venta de armas estadounidenses socava seriamente la soberanía china y sus intereses de seguridad, además de las relaciones con Estados Unidos y la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán», respondió la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mo Ning.
El Departamento de Estado norteamericano se limitó a responder que la comercialización de armas es compatible con la Ley para las Relaciones con Taiwán de 1979 y la política de China mediante la que Estados Unidos juega el difícil papel de aceptar la soberanía del país asiático y asegurarse de que Taiwán tiene la capacidad militar para autodefenderse en caso de ataque.
El congresista republicano Mike Gallagher aprovechó el pasado puente del Día del Presidente para realizar un viaje secreto a Taiwán, del que volvió con un mensaje: «Prácticamente cada funcionario taiwanés con el que me he reunido ve la invasión rusa de Ucrania como un aviso de que necesitan llenar sus arsenales con las armas más avanzadas». Eso coincide con la visión estadounidense de que la mejor manera de desalentar un ataque chino es mostrar que la isla está armada hasta los dientes.
Por eso, en noviembre pasado, las Fuerzas Armadas taiwanesas hicieron un despliegue militar para enseñar un escuadrón de cazas F-16V, una actualización con respecto a los F-16 A/B que adquirieron en 1990. Los nuevos aviones tienen equipos de radares computarizados mucho más sofisticados. El Gobierno de la isla planea adquirir este año 141 cazas para modernizar su flota y ya ha contratado 66 directamente con el fabricante, Lockheed Martin, «pagando con su propio dinero», aclaró el Departamento de Estado. «Así, en caso de intrusión, podríamos tomar inmediatamente los cielos e interceptar y expulsar a los intrusos», explicó el presidente taiwanés, Tsai Ing-wen.
Según el 'Wall Street Journal', Estados Unidos también ha aumentado ligeramente su presencia en la isla, con entre 100 y 200 soldados más pero, de desatarse un conflicto militar, tendría que invertir en Taiwán 20 veces más que en Ucrania, calcula Bradley Thayer, director del Center for Security Policy y coautor del libro 'Entendiendo la amenaza china'.
Los nuevos líderes del Congreso quieren seguir los pasos de Nancy Pelosi y visitar la isla, pero con menos ruido para no airar al gigante asiático. El viaje de la anterior portavoz del Congreso en agosto desató una fuerte ronda de pruebas de misiles y ejercicios militares con carácter intimidatorio por parte de Xi Jinping. De ahí que Gallagher, que preside el comité de la Cámara Baja sobre China, haya ido sin anunciarlo. El portavoz Kevin McCarthy tampoco lo tiene publicado en su agenda, pero se espera que ocurra este año antes de las elecciones taiwanesas de 2024.
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