Los halcones del presidente: leales y hasta más radicales que Trump

Después de resultar derrotado en las urnas en 2020, escandalizar con su rechazo a reconocer a Joe Biden como presidente y atemorizar al mundo al destaparse el poder del trumpismo naciente con el asalto al Capitolio, Wiles recogió los pedazos furibundos del magnate, un individuo resentido, impredecible, prepotente y sin crédito democrático y los recompuso para presentarlo de nuevo a la formación conservadora como un futuro caballo ganador. Luego, el propio Trump, de su mano, se encargó de devorar al partido. Por eso, Susan Wiles hará historia como la primera jefa de gabinete en la Casa Blanca. También es la primera asesora que ha sobrevivido tanto tiempo al magnate. En su anterior campaña electoral, Trump cambió hasta cuatro veces de consejero-jefe.

Susan Wiles lleva la resistencia y la resiliencia en los genes. Es hija de Pat Summerall, un veterano héroe del fútbol americano fallecido en 2013 que jugó con los Detroit Lions y los New York Giants antes de convertirse en locutor en la década de 1960. Su nombre figura en el Salón de la Fama del Periodismo Deportivo de Estados Unidos. Susan vive, como el presidente electo, en Florida. Curiosamente, ella no surgió de los círculos de la derecha más conservadora ni es afecta al trumpismo radical. El partido la considera clave en el acercamiento a las comunidades negra y latina que surtieron bien de votos al candidato en las elecciones del 5-N.

Como jefa de gabinete ocupará un lugar de máxima relevancia en Washington. Pero tendrá un escolta a su lado. Elon Musk. El archimillonario es desde el martes el responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental, una oficina de nuevo cuño diseñada por él mismo con el fin aparente de aplicar su visión empresarial y tecnológica a la gestión del Ejecutivo. Y, sobre todo, al recorte de personal y del gasto social.

Tal y como resulta la vida del hombre más rico del mundo, su proyecto es un misterio con un toque de surrealismo. El departamento será ajeno al Gobierno, pero estará asociado a la Casa Blanca. El rodeo le otorga la capacidad de tratar solo y directamente con Trump. Musk apenas ha desvelado datos, salvo que la oficina no agotará el mandato y concluirá su cometido en la segunda mitad de 2026 y que quiere reducir las inversiones sociales a límites «imposibles» según los demócratas: un recorte superior a la suma de los presupuestos de áreas como Defensa y Seguridad Nacional.

Musk vive ahora prácticamente en Mar-a-Lago, la residencia del líder republicano, en compañía de uno de sus hijos. y un grupo de asesores. Una prueba de su ascendiente sobre Trump, al que donó casi 200 millones de dólares en la campaña aparte de dinamizar la llamada al voto, es que le ha acompañado en casi todas las entrevistas con los candidatos a ocupar un puesto en el Gobierno. Ha acudido con el presidente electo a los actos públicos e incluso ha intervenido en sus conversaciones por videoconferencia con otros dirigentes mundiales como el ucraniano Volodímir Zelenski.

El dueño de Tesla asegura que quiere un 'Equipo A' de expertos. Y ya ha recomendado contratar a dos ejecutivos de Space X, el general Terrence J. O'Shaughnessy y Tim Hughes, así como a su amigo David Sacks, quien recaudó fondos para Trump y se ha ganado su simpatía.

A medida que el presidente electo completa su gabinete con halcones afines al trumpismo más que al republicanismo, es posible observar un patrón idéntico al que mostró en la campaña electoral: sus decisiones son personales. Al partido le permite inmiscuirse en lo básico, como cuando le solicitó hace unos días el permiso para robarle al senador Marco Rubio. El representante de Florida ha sido designado para convertirse en secretario de Estado.

El senador responde a los patrones exigidos. Fidelidad. Se retiró como candidato a la Casa Blanca en favor de Trump. Desciende de cubanos, apuesta por proteger la migración legal y deportar sin contemplaciones a los clandestinos. Es el tipo de acción que su jefe prometió a los migrantes de segunda y tercera generación que le han llevado al Despacho Oval. Rubio es proisraelí, antiiraní y no da concesiones a Rusia. Será el primer jefe de la diplomacia estadounidense que tiene prohibido pisar China. El gigante asiático le sancionó por «interferir» en su política sobre Hong Kong.

Todo el gabinete formado hasta ahora funciona en la misma sintonía de filias y fobias. El asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, es otro reconocido crítico de Pekín. Aunque Trump aprieta pero no ahoga. Mike Pompeo y Robert O'Brian, que ocuparon los cargos de Rubio y Waltz en el anterior Gobierno republicano (2016-2020), eran a priori mucho más feroces.

Al magnate le rodearán políticos convencidos del movimiento MAGA, de su discurso sobre migración, política exterior y de cómo hacer América más grande; duros y leales. Él ha preferido distanciarse de experiencias como cuando el partido le recomendó en 2016 tomar como jefe de gabinete a Reince Priebus, líder del Comité Nacional Republicano, y éste acabó traicionando su confianza con una serie de filtraciones.

Entre los designados hay perfiles técnicos y servidores públicos de largo recorrido. Se valoran las aptitudes profesionales: los macroinversores Scott Bessent y John Paulson optan a la delicada Secretaría del Tesoro. Y algún caso existe que parece determinado por el factor revancha. Pete Hegseth, presentador de la cadena Fox y veterano del ejército, dirigirá el Pentágono, con cuyos mandos Trump conserva una larga lista de desencuentros. La última incorporación al equipo de Trump llegó anoche. Matt Gaetz, congresista de Florida, será el Fiscal General.

El archimillonario propietario de Tesla, Space X y la red social X se ha convertido en la sombra permanente de Donald Trump y ejerce un padrinazgo en la sombra sobre su gabinete. No ha propuesto ningún nombre, ni dirigido las entrevistas a los candidatos a ocupar un cargo, pero sí ha estado presente en todas ellas y luego ha realizado su particular evaluación. Cuestiona sacrificar a Elise Stefanik en el Congreso para convertirla en embajadora ante la ONU.

Elon Musk dirigirá el Departamento de Eficiencia Gubernamental con otro empresario muy adinerado: Vivek Ramaswamy. Procedente del sector farmacéutico y biotecnológico, renunció a ser candidato republicano en favor de Trump. Cree que hay demasiada burocracia.

La nueva secretaria de Seguridad Nacional es más política que especialista en el puesto para el que ha sido nombrada. La gobernadora de Dakota del Norte dirigirá una oficina con 230.000 empleados y con un presupuesto de 60.000 millones de dólares.

Susie Wiles es la válvula de seguridad del futuro Gobierno. El clan Trump la considera de su familia y es la única 'empleada' con la que el patriarca nunca utilizaría sus malos modos. Es tan cercana al trumpismo como al antiguo republicanismo derrotado por éste.

A la espera de confirmarse su cargo, el senador por Florida reúne todas las cualidades para el gabinete. Ha demostrado la lealtad a Trump sacrificando su propia candidatura presidencial, ejemplifica el discurso de la migración y es crítico con Irán, China Y Rusia.

«Es una luchadora dura e inteligente a favor de 'Estados Unidos primero'». Así ha calificado el presidente a la congresista de Nueva York que será la embajadora de EE UU ante la ONU. Ha sido muy activa contra las movilizaciones propalestinas en los campus.

Stephen Miller es un antiguo conocido y colaborador de Trump. Formó parte de su anterior Ejecutivo y tanto entonces como en estos últimos cuatro años ha tenido un papel decisivo en las políticas más duras del republicanismo sobre la inmigración.

John Ratcliffe será el responsable de la principal agencia del Gobierno. Ya fue director de Inteligencia Nacional durante un breve periodo del primer Gobierno de Trump, entre 2020 y 2021. Congresista por el Estado de Texas, ha ejercico como fiscal federal.

De 62 años, Homan será el encargado de la «mayor deportación de indocumentados de la historia de EE UU», según su propia declaración, Es partidario de los «arrestos selectivos» y los registros en los centros de trabajo en busca de migrantes ilegales.

El presidente electo le ha propuesto como asesor de Seguridad Nacional. Waltz es un exboina verde y oficial retirado que ha combatido en Afganistán y participado en otros conflictos en África y Oriente Medio. Es anti-woke y un halcón contra China.

La capa de ozono puede sentirse feliz con el nombramiento de Lee Zeldin al frente de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente. El congresista carece de experiencia en la materia y ha anunciado que suspenderá las políticas climáticas de Biden.

Oficial de la Guardia Nacional Hegseth es presentador de televisón en Fox. Quiere hacer efectivo el lema de campaña 'Paz a través de la fuerza'. Coincide con Trump en que hay un «enemigo interior» -ilegales, manifestantes...- al que combatir con el ejército.