Hace 60 años, el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy fallecía abatido a tiros durante una visita oficial a Dallas. El asesinato conmocionó al mundo y dejó una huella indeleble en la conciencia de EE UU que pervive seis décadas después. La Policía detuvo ... como autor material a Lee Harvey Oswald, un empleado de un almacén de libros, a su vez, acribillado a tiros apenas 48 horas después del crimen mientras era trasladado por los agentes. El atentado ha sido materia de investigación de tres comisiones y todavía hoy alimenta todo tipo de teorías conspirativas que nunca han sido probadas.
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Caroline Conejero
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La mañana del día 22, una multitud lo esperaba en el aparcamiento del hotel Texas de Fort Worth, donde se había hospedado. JFK improvisó un discurso ante sus seguidores. Un día antes, el mandatario había comenzado una gira nacional como dirigente y candidato demócrata a las elecciones del año siguiente.
«Seguimos siendo la piedra central que sostiene el arco de la libertad (...) Continuaremos cumpliendo con nuestro deber, y la gente de Texas estará a la cabeza», dijo Kennedy en lo que sería su último pronunciamiento.
Barack Obama
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Kennedy y su esposa abandonan el hotel Texas, abordan un Lincoln Continental blanco y se dirigen hasta la Base Aérea de Carswell para subirse al avión presidencial.
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El Air Force One aterriza en el aeropuerto Love Field de Dallas, después de un corto vuelo de trece minutos que ha realizado desde Fort Worth. A John y Jacqueline les espera una calurosa bienvenida en las pistas del aeródromo y un enorme gentío en las calles, donde muchos ciudadanos aguardaron toda la noche en pie para poder observar el paso de la comitiva presidencial en primer fila.
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El expresidente Barack Obama es, posiblemente, el sucesor de JFK en el Despacho Oval que mejor describió su perfil al conmemorar el cincuenta aniversario de su muerte. «John F. Kennedy pudo retirarse a una vida de lujo y facilidades, pero eligió vivir su vida en la arena pública, a veces a contracorriente y a veces a favor. Será recordado por la posteridad como lo fue en vida: joven, valiente y atrevido. Kennedy capturó nuestra imaginación no porque nos dejara muy pronto sino por la persona que fue: resistente, resolutiva, sin miedo y amante de la diversión. Desafiante cuando todo parecía perdido, pero sobre todo dispuesto a transformar el mundo. Nunca se conformó con lo que había. Siempre luchó por lo que podía ser».
Bill Clinton
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La comitiva del presidente abandona el aeropuerto y se dirige a las calles de Dallas. El Lincoln X-100 (denominado en clave SS-100-X por el Servicio Secreto) inicia la ruta que debía llevar a Kennedy al centro de la ciudad, donde tenía previsto ofrecer un discurso durante una comida.
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En el asiento del chofer, un agente-conductor y de acompañante otro agente de seguridad. En la siguiente fila, el gobernador de Texas, John Connally, y su esposa. En los asientos traseros, la pareja presidencial.
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La comitiva presidencial lleva seis minutos de retraso para llegar al lugar del evento. En la plaza Dealey debe realizar un giro de 120 grados a la izquierda, lo que obliga a reducir la velocidad del vehículo y queda frente al edificio del Almacén de Libros Escolares de Texas donde aguarda el tirador.
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Joe Biden
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A una distancia de 20 metros, se hizo el primer disparo de una serie de tres. La Comisión Warren concluyó que la bala no impactó en el coche sino en la acera. Rebotó, golpeó un semáforo e hirió levemente al testigo James Tague. Al cabo de 3,5 segundos se produce el segundo disparo que atravesó el cuello del presidente e hirió al gobernador Connally.
El expresidente Bill Clinton era entonces un estudiante de último año en la escuela secundaria Hot Springs en Hot Springs, en Arkansas. En sus memorias, escribió: «Nuestra clase se reunió en el cuarto período, justo después del almuerzo. El 22 de noviembre, el señor Coe fue llamado a la oficina fuera de clase. Cuando regresó, estaba blanco como un papel y apenas podía hablar. Nos dijo que el presidente Kennedy había sido baleado y probablemente asesinado en Dallas». Manifiesta en su relato que la noticia lo dejó devastado. «Sólo cuatro meses antes lo había visto en el Jardín de las Rosas, tan lleno de vida y fuerza», reza el texto.
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La sorpresa inundó al país. Todos expectantes de qué había pasado con Kennedy ese día. La actriz estadounidense Jane Fonda dijo que «Parecía simplemente imposible que este gran presidente… estuviera muerto. Es como si todo se volviera inseguro... Sacudió mi visión del mundo».
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Un segundo después, el último disparo impactó en la cabeza de Kennedy ante los ojos de su esposa y la multitud. Un vídeo casero de un ciudadano logró captar el momento en que el mandatario es alcanzado por dos de los tres disparos. El filme sería utilizado después en la investigación de la Comisión Warren.
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El presidente de EE UU Joe Biden ordenó en 2022 desclasificar más de 12.000 documentos secretos relacionados con estos momentos. Adujo que, casi seis décadas después, el magnicidio «sigue resonando en la historia de Estados Unidos y en la memoria de muchos que vivieron ese día terrible».
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El vehículo presidencial abandona el lugar. «El resto del camino fui abrazada a John, sujetándole la cabeza para impedir que se le saliera el cerebro», relató la esposa de Kennedy. Diez minutos después del tiroteo, llegan al hospital Parkland Memoria. «Sonó el teléfono y alguien me dijo: 'Ven a la sala de emergencias. Le han disparado al presidente'», afirmó el doctor Robert Grossman Grossman. «Pensamos que era una broma», dijo. El personal médico trata de reavivar el pulso de JFK. Sin embargo, los esfuerzos son inútiles. El presidente había perdido gran parte de la masa cerebral.. A las 13:00, hora de Dallas, se declara la defunción del mandatario. Connally, mientras tanto, es intervenido de urgencia. Salva la vida.
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Leonard Bernstein
«El alma de una nación se ha desgarrado». De esta manera recordó el cantautor Bob Dylan la muerte de JFK y así lo dejó escrito en 2020 en una canción publicada por sorpresa: 'Murder Most Foul«. En ella, se refiere al magnicidio como el asesinato «más inmundo» y recuerda cómo a partir de él el »mundo empieza a entrar en una lenta decadencia«. Otro ilustre compositor, Leonard Bernstein, amigo personal de Kennedy, también se confesó en numerosas ocasiones impactado por el crimen. Dos días después del atentado, celebró su particular homenaje en memoria de su amigo al frente de la Filarmónica de Nueva York y una interpretación de 'Resurrección' de Mahler. »Esta será nuestra respuesta a la violencia: hacer música con más intensidad, más belleza y más devoción que nunca«, dijo en aquel momento. Dos años más tarde, admitió que continuaba sumido en el dolor. »No puedo superarlo«, declaró. »No creo que nadie pueda«.
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El autor de los disparos, Lee Harvey Oswald, fue arrestado por la Policía de Dallas dentro de un teatro ochenta minutos después del tiroteo. El agente, J. D. Tippit lo encontró, pero resultó muerto en el enfrentamiento. Nacido en Nueva Orleans, Oswald tenía 24 años cuando cometió el magnicidio. Había sido marine, en 1959 se marchó a la Unión Soviética y terminó afincado en Minsk hasta que en 1962 regresó a Estados Unidos en compañía de su esposa rusa. Las investigaciones le dibujan como un individuo temperamental y encerrado en sí mismo, que asistió a doce colegios diferentes de niño y residió en una veintena de lugares antes de alcanzar la mayoría de edad.
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Cuando le dispararon a Kennedy, recordó el actor y cineasta Ed Harris, sus padres empacaron de Harris y sus hermanos y manejaron desde Nueva Jersey a la capital estadounidense para presentar sus respetos al presidente asesinado, dijo Harris. «Hicimos cola toda la noche bajo un frío glacial», recordó la estrella de «Gone Baby Gone». «Justo cuando llegamos a la rotonda cerraron las puertas. Tuvieron que iniciar el cortejo fúnebre»
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A última hora del 22 de noviembre, Oswald fue acusado de haber matado a Tippit y al presidente. Siempre negó haber sido el autor de los disparos y se autodenominó «un idiota» que servía de cabeza de turco para cerrar rápidamente el caso. Dos días después, fue asesinado por Jack Ruby en los sótanos de una comisaría cuando la Policía lo llevaba bajo custodia a declarar a los juzgados.
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Jimmy Carter
El cineasta Oliver Stone, autor de una película y un documental, siempre ha sido muy crítico con las conclusiones oficiales del magnicidio. «Este no es un caso cerrado, está muy abierto, porque el público americano ha sido mal informado», asegura el realizador, consciente de que su fijación por JFK obedece al hecho de haber sido un mandatario que «peleó por conseguir la paz global» y de que su muerte «es importante, porque aquel asesinato marcó a toda una generación».
En 2014, el expresidente Jimmy Carter relató que «yo era un productor de maní cuando le dispararon a Kennedy y me enteré por uno de mis clientes. Salí, me senté en las escaleras y lloré. Y para mí ese fue el golpe más grande que había sufrido desde que murió mi padre. Porque sentí que él personificaba con sus palabras y con sus acciones lo mejor de mi país, y supongo que me sentía más cerca de él porque él y yo estábamos en la marina. Estuve en dos acorazados y tres submarinos».
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El cuerpo de Kennedy es trasladado en el Air Force One a Washington y, de allí, conducido al Hospital Naval de Bethesda para su autopsia. Tres médicos de la Armada realizaron el procedimiento con treinta oficiales militares como testigos.
El actual presidente de EE UU, Joe Biden, recuerda vividamente el suceso. «Era un viernes por la tarde. Estaba en las escaleras de Hullihen Hall en el centro comercial de la Universidad de Delaware. Era un día cálido. Acabábamos de salir de clase. Mientras caminábamos por los pasillos escuchamos que habían disparado al presidente». Biden entonces no lo podría creer. «Con quienquiera que estuvieras, simplemente te hacías a un lado y decías: «¿Es esto real? ¿Está sucediendo esto realmente?». «Cuando pienso en John F. Kennedy, todavía quiero centrarme en su sentido heroico de este país, su sentido heroico de cuáles eran sus obligaciones, de poder absorber el dolor y el sufrimiento y seguir adelante: la resiliencia», dijo. «Mi padre solía decir: «No se trata de si te derriban sino de qué tan rápido te levantas», y Kennedy era totalmente resistente», señaló.
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