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Asier Quintana
Miércoles, 20 de marzo 2024, 18:28
Kristel Candelario, una mujer de Ohio de 32 años, ha sido condenada a cadena perpetua por un tribunal de Cleveland por homicidio agravado y por poner en peligro a un menor al abandonar a su bebé de 16 meses durante diez días para irse de ... vacaciones. Los lloros de la pequeña Jailyn resonaron en la casa durante días mientras su madre disfrutaba con un amigo de las playas de Puerto Rico. Después de unos días de sol y una parada en Detroit regresó a casa el 16 de junio del año pasado y encontró el cuerpo de su hija muerta. Según explican los investigadores policiales, al encontrarse el cadáver, la limpió y la cambió de ropa, después llamó al 911 gritando «por favor, ayúdame. Mi hija se está muriendo».
La fiscal del caso, Anna Faraglia, explicó que el cambio de atuendo no ocultó los horrores por los que tuvo que pasar la pequeña, que fue encontrada acostada en un colchón impregnado de orina y heces. Demacrada, con los ojos hundidos, labios secos y la boca cubierta de materia fecal. «Este es un caso que lo tendremos grabado en nuestras mentes y en nuestros corazones para siempre», alegó en la sentencia la sargento de Policía de Cleveland, Teresa Gómez.
La patóloga forense Elizabeth Mooney dijo en el tribunal que los días que sobrevivió Jailyn fueron insoportables. «El dolor y el sufrimiento que soportó duraron incluso una semana. Este sentimiento de abandono junto con el hambre y la sed extrema, es algo que ninguno de nosotros puede comprender», explicó.
El macabro suceso quedará grabado en el historial más negro de la ciudad de Ohio, no solo por el acto, también por la defensa. Los padres de Candelario pidieron clemencia alegando problemas de salud mental de su hija con el argumento de que, desde que dejó de tomar los medicamentos, su depresión y ansiedad contribuyeron a hacerla incapaz de tomar decisiones racionales. Ella misma, a modo de exculpación, alegó que cree que Dios y Jailyn la han perdonado porque ora diariamente por ellos. «No estoy tratando de justificar mis acciones pero nadie sabía cuánto estaba sufriendo y por lo que estaba pasando», relató en el juicio.
El magistrado del Tribunal de Apelaciones Comunes del condado de Cuyahoga, Brendan Sheehan, que llevó el caso de la muerte de la pequeña de 16 meses desde el principio, comentó antes de dictar sentencia que «el vínculo entre una madre y un hijo es uno de los más puros y sagrados. Es una relación basada en el amor, la confianza y la protección. Cometiste el mayor acto de traición». En su veredicto, el juez condenó a Candelario a cadena perpetua. «Así como no dejaste a Jailyn salir de su confinamiento hasta que murió, también debes pasar el resto de tu vida en una celda sin libertad», sentenció.
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