Secciones
Servicios
Destacamos
Un encapuchado con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada se acerca a la chica en pleno día en una calle de Boston, ... la agarra por las manos mientras ella grita y le arrebata el teléfono. Otros cinco individuos, todos con el rostro cubierto, le ayudan a reducirla y se la llevan esposada en un turismo oscuro sin marcas oficiales. «¡Llamen a la policía!», suplica la chica a los viandantes. «Nosotros somos la policía», le responden los agresores. «Pues no lo parecéis. ¿Por qué ocultáis los rostros?»
Así fue el martes la detención de la estudiante turca Rumeysa Ozturk, de 30 años, que realiza un doctorado en la Universidad de Tufts con una beca Fulbright y tenía un visado F-1 en vigor. El vídeo de una cámara de seguridad que recoge la escena se hizo viral el miércoles y ha desatado la alarma por la flagrante violación de los derechos civiles que supone, además de protestas estudiantiles en el área de Boston.
Noticia relacionada
El Gobierno de Donald Trump ha reconocido sin pudor la autoría y asegura que se trataba de agentes del Departamento de Seguridad Doméstica, sin explicar por qué iban de paisanos y se cubrían el rostro. «Nosotros damos una visa para estudiar y sacarse un título, no para convertirse en activista y destrozar campus universitarios. Y si te hemos dado una visa y decides hacer eso, te la vamos a quitar», declaró el secretario de Estado, Marco Rubio, durante una parada en Guyana.
Ozturk era simpatizante de la causa palestina pero ni siquiera había participado en la organización de ningún acto de protesta. «Lo único que recuerdo haberle visto organizar es una cena de Acción de Gracias», dijo a Associated Press su amiga Jennifer Hoyden. El Gobierno la acusa de «apoyar a los terroristas de Hamás», pero todo lo que parece haber en contra suya es su firma en un artículo estudiantil escrito por cuatro personas y firmado por una treintena de estudiantes pidiendo a la universidad que desvelase sus lazos financieros con Israel y negociase con los estudiantes que pedían su desvinculación.
The horrific moment that Tufts grad student and anti-war activist Rumeysa Ozturk was detained (kidnapped) by Trump’s ICE thugs.
— Working Mass (@DSAWorkingMass) March 26, 2025
Somerville, MA #FreePalestine #FreeRemeysa pic.twitter.com/eetyAN1LSF
Durante los primeros dos días, ni su abogada sabía dónde estaba. A última hora del miércoles se conoció que, en contra de una orden cautelar emitida por la juez de distrito Indira Talwani, en la que se prohibía su traslado fuera de Massachusetts sin darle al menos 48 horas de aviso, ha sido llevada a un centro de detención de Luisiana. Allí se encuentra también el activista palestino Mahmoud Khalil, que también fue detenido por agentes de inmigración vestidos de paisano en el portal de su casa, un sábado por la noche. En otro vídeo que se hizo viral, su esposa, una ciudadana estadounidense embarazada de ocho meses, pregunta a los agentes por indicación de su abogada a dónde se lo llevan o a qué departamento pertenecen, sin que le respondan.
A diferencia de la estudiante con beca Fulbright, Khalil tenía ya una tarjeta verde de residente, por lo que la excusa original de revocarle la visa no ha funcionado. Al no aguantar el argumento de un visado caducado, el Gobierno le acusó de ser «una amenaza para la política exterior de EE UU», en base a una ambigua ley de 1952 pensada para expulsar a los espías de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, que requiere «fundamentos razonables». Tampoco se pudo documentar este requisito, por lo que, casi tres semanas después, el Ejecutivo alega que mintió por omisión en su solicitud de residencia permanente, al no haber mencionado su trabajo para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), a la que también considera terrorista. Un portavoz de la agencia dijo que Khalil nunca ha hecho ninguna labor remunerada para ella y su única relación fue una breve colaboración como becario.
La estudiante turca es, al menos, la séptima, según la cuenta del diario 'The Washington Post', que cae en las garras de inmigración por su participación en actos propalestinos. Entre los afectados también está la surcoreana Yunseo Chung, de 21, residente legal permanente de EE UU desde los siete años. Otros han huido a Canadá o abandonado el país y muchos no se atreven ni a ir a clase. La propia ONU en Nueva York ha pedido a sus empleados que lleven encima su pasaporte y documentación migratoria en todo momento, a la luz de los acontecimientos y la presencia de furgonetas del Departamento de Inmigración (ICE) aparcadas en sus alrededores durante extensos periodos de tiempo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.