Un tiroteo en un banco de Louisville deja cinco fallecidos y ocho heridos

La alarma ha saltado sobre las 8.30 (hora local) cuando la Policía de Louisville ha recibido las primeras llamadas que alertaban sobre el tiroteo en el número 300 de East Main Street, una zona céntrica de esta ciudad al sureste de Estados Unidos conocida como Slugger Field. Allí, frente al estadio de béisbol del equipo local, los Louisville Bats, un hombre había comenzado a disparar en la primera planta del banco, donde se celebraba una reunión que varios trabajadores seguían de manera telemática. En directo han visto cómo se producía el asalto. Algunas personas han podido refugiarse en una especie de bóveda de seguridad pero otras no han conseguido escapar de los disparos del agresor, que ha actuado en «solitario», han confirmado desde este cuerpo, cuyos efectivos han llegado al lugar cuando el sospechoso aún empuñaba el arma.

El subjefe de la Policía Metropolitana, Paul Humphrey, reconoció que «no sabemos exactamente las circunstancias de su muerte». La investigación deberá determinar si murió de un tiro de uno de ellos o se quitó la vida. Durante la intervención policial resultó herido un agente que llevaba apenas diez días en el cargo y que recibió un disparo en la cabeza. Su pronóstico es grave.

Según la página de Facebook de la madre del tirador, Sturgeon creció en el sur de Indiana, al norte de Louisville. Era el mayor de dos niños, practicó atletismo y jugó a baloncesto en el equipo que entrenaba su padre, Todd. Se matriculó como estudiante de negocios en la Universidad de Alabama en 2016 y trabajó en la entidad financiera donde perpetró el ataque como pasante tres veranos (de 2018 a 2020) antes de convertirse en empleado a tiempo completo en 2022 como banquero de cartera, según recoge su perfil en Linkedin. Pero acababa de ser informado de que iba a ser despedido.

El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, ha calificado el suceso de «horrible» y ha contado que él mismo ha perdido a dos amigos en este ataque, que ha sido respondido con un gran despliegue policial de agentes de la Policía Metropolitana y también del FBI. «A pesar de tragedias como la de hoy, cuando varias personas mueren por la violencia armada... nuestra comunidad seguirá uniéndose», ha destacado el alcalde de Louisville, Craig Greenberg, tras conocer lo ocurrido.

Sólo este mes se ha producido una quincena de tiroteos masivos -aquellos con cuatro o más víctimas mortales, sin contar al atacante- en Estados Unidos, según la estadística que maneja el grupo Gun Violence Archive. Si se cuenta desde que comenzó el año, la cifra se eleva a 146. Entre ellos hay varios ocurridos en centros escolares, como uno de los más recientes, el 27 de marzo, con tres estudiantes y tres trabajadores de un colegio de Nashville asesinados por un exalumno. El presidente de EE UU, Joe Biden, anunció hace menos de un mes su intención de endurecer los requisitos para la compraventa de armas en el país, por ejemplo, con un mayor número de trámites para comprobar los antecedentes penales de quienes quieren hacerse con una. «Una gran mayoría de estadounidenses quiere que los legisladores actúen en reformas lógicas para la seguridad en materia de armas», ha expresado en un comunicado tras el suceso de Louisville. En esa línea ha pedido, además, el apoyo de los republicanos en el Congreso para sacar adelante los cambios propuestos.