Los debates políticos pocas veces son cívicos, pero el de ayer miércoles en Miami alcanzó niveles de enfrentamientos personales cuando el candidato Vivek Ramaswamy utilizó a la hija de su rival, Nikki Haley, para atacar su política contra China recordando que la adolescente pasa mucho ... tiempo en la aplicación de Tik Tok que su madre promete vetar. «Tal vez quieras ocuparte primero de tu familia», le refregó.
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«¡No eres más que escoria!», le gritó ella. «¡Deja a mi hija fuera de esto!». Haley se justificó después alegando que en ese momento era «simplemente una madre defendiendo a su hija». El público debió entenderlo así, porque por primera vez abucheó al emprendedor biotecnológico de origen indio que en el primer debate hiciera las delicias de las bases republicanas.
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Ramaswamy se ha ido desinflando poco a poco en favor de la exgobernadora de Carolina del Sur, antigua embajadora de Trump en la ONU, que también comparte con él su origen indio. Tal vez por eso el enfrentamiento entre ellos resultó más personal, con varios agarrones que comenzaron cuando el millennial de 38 años la calificó de «Dick Cheney en tacones de tres pulgadas» (10 centímetros). «No me los pongo a menos que pueda correr con ellos», se defendió ella, corrigiendo la altura de sus tacones a la mitad.
Muchos tomaron nota y calificaron la frase de sexista, lo que se acentuó con los ataques a su hija. Mientras que Ramaswamy es el único defensor que le queda a Trump en el estrado, Haley se ha presentado como la republicana pragmática y tradicional que puede recuperar el alma del partido conservador. De los ocho aspirantes a candidato presidencial que se batieron en el primer debate de agosto, solo quedaban cinco en pie para el de ayer, el tercero de la temporada. Faltaba, una vez más, el favorito, Donald Trump, que se sabe con demasiada ventaja como para tener que jugársela en directo, pero no por ello ausente.
A dos meses de que empiece la eliminatoria con los caucus de Iowa, todo el mundo le da como el candidato inevitable -le saca 43 puntos a su rival más cercano, el gobernador de Florida, Ron de Santis, en la media de encuestas que hace diariamente fivethirtyeight.com-. Si al principio todos menos Chris Christie evitaban criticarle abiertamente, ayer había cierto consenso en presentarle como lo que menos le gusta: un perdedor.
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«Dijo que con él los republicanos nos íbamos a cansar de ganar», recordó de Santis. «Bueno, ya lo vimos anoche. Estoy harto de que los republicanos perdamos». Y es que el debate se producía a la sombra de una jornada electoral que había costado al partido de Reagan y Bush importantes plazas locales como la de gobernar de Kentucky o la Asamblea Legislativa de Virginia. Para qué hablar de la victoria de las mujeres en Ohio, donde se aprobó mayoritariamente incluir el derecho al aborto en la Constitución del Estado de donde es nativo Ramaswamy. «Estoy muy enfadado con eso, los republicanos estamos volviendo a la cultura de perder», lamentó.
Quizás por eso ayer era más fácil hablar de política exterior, que inusualmente concentró la mayor parte del debate. No había sorpresas en cuanto al apoyo inquebrantable hacia Israel. El gobernador de Florida alentó al Gobierno de Netanyahu a «terminar el trabajo de una vez por todas con los carniceros de Hamás», mientras que Ramaswamy quiere que los saque a tiros por la frontera sur, y el senador de Carolina del Sur, Tim Scott, amenaza con retirar la financiación federal a las universidades «que no protejan a los estudiantes del antisemitismo». Menos comunión había en torno a la guerra de Ucrania, que con sus 21 meses de vida se ha hecho vieja entre la opinión pública y, por tanto, entre los candidatos más populistas como Ramaswamy. «Putin y Xi Jinping están salivando antes la posibilidad de que alguien como él llegue a presidente», advirtió Haley.
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Mercedes Gallego
Pero si se trata de ser duros en la frontera, la de México es otro frente común. Christie y de Santis recordaron que Trump nunca terminó de construir el muro prometido, algo que todos tienen en la agenda, porque no le falta apoyo popular entre las bases. De Santis promete declarar la «emergencia nacional» el primer día de gobierno para enviar al ejército y «detener la invasión en seco», designando a los carteles como organizaciones terroristas. «Incluso voy a hacer que México pague por el muro, como prometió Donald Trump», reconoció. Y ya puestos, Ramaswamy construirá también el muro en la frontera norte con Canadá, para que no falten fronteras selladas.
La próxima oportunidad de la que dispondrán para confrontar sus propuestas electorales será el 6 de diciembre en Tuscaloosa (Alabama), donde podrán sentar la última palabra antes de que hablen los votantes.
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