Joe Biden y Donald Trump ya son, oficialmente, los nominados de sus partidos para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Una oportunidad para el desquite que no podía pintar mejor para el republicano, más popular ahora que cuando dejó la Casa Blanca, según la ... última encuesta de Suffolk University para 'USA Today', publicada este miércoles.
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Tres años después, casi la mitad de los sondeados aprueba su gestión, cuando durante su mandato nunca alcanzó esa cifra. Su campaña esperaba alcanzar el número de delegados necesario para consolidar la nominación a final de este mes, pero la retirada de todos sus contendientes, incluyendo a Nikki Haley la semana pasada, ha precipitado la recolección. Fue Hawái, el Estado de Barack Obama, el que le dio el martes los últimos 13 para llegar a los 1.215 que necesitaba.
Tras el recuento de la jornada, que incluía Georgia, Mississippi y el Estado de Washington, Trump tiene en su haber 1.249 delegados, según los cálculos de Associated Press. Eso le da el poder de hacerse con la cuenta de recaudación de fondos del partido, cuya dirigencia tomaron el viernes pasado su nuera, Lara Trump, y uno de sus mejores colaboradores, Michael Whatley.
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Para Biden el número mágico se lo dio Georgia, que le proporcionó a una hora más temprana de la noche los 59 delegados que necesitaba para llegar a la meta. Con los 1.976 que ha acumulado en las votaciones de caucus y primarias, ningún otro candidato podría superarle, ni llevándose los 1.956 que faltan por distribuir hasta junio. Georgia fue uno de los estados más reñidos en la campaña de 2020 que le llevó hasta la Casa Blanca.
Fue en Georgia donde el entonces presidente Donald Trump se puso al teléfono para pedir al secretario de Estado que le encontrase 11.780 votos con los que apuntarse ese territorio. No lo consiguió. La grabación es la prueba más palpable de sus intentos de robar las elecciones, pero si esa coincidencia pareciese profética a ojos de algunos, justamente este miércoles un juez del condado de Fulton donde se le juzgará, Scott McAfee, desestimó 6 de los 41 cargos que enfrentan el expresidente y 18 de sus colaboradores.
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McAfee todavía tiene que decidir si recusa a la fiscal Fani Willis del caso por las incompatibilidades que puede crear su romance con uno de los abogados que contrató para él o decide que siga adelante. Si el caso tiene que asignarse a una nueva fiscal, podría quedar en el limbo. Incluso si le da luz verde, parece difícil que quiera que se dirima en plena campaña electoral, que se abrió oficialmente este miércoles con la nominación de los candidatos.
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Ambos serán coronados en las convenciones de sus respectivos partidos, a realizar en julio y agosto, para que puedan jugar el 5 de noviembre la reedición de las elecciones de 2020, las primeras que enfrentarán a dos presidentes, aunque solo uno esté en activo. Solo hay un precedente de dos candidatos que hayan tenido la oportunidad de jugarse la revancha, Dwight Eisenhower y Adlai Stevenson en 1956, que se habían enfrentado cuatro años antes.
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Prueba del poco entusiasmo que esa reedición genera es que el martes la participación en las primarias fue abismalmente baja, con la mayor parte de los votantes decepcionados por la falta de competencia. El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, estimó que menos del 10% del electorado acudió a las urnas. Un mal augurio para la democracia de cara a las generales.
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