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El expresidente Joe Biden ha regresao al escenario público nacional. Después de casi tres meses de silencio, el político demócrata rompió su silencio en la ... noche del martes (madrugada del miércoles en España) para arremeter contra su antiguo rival Donald Trump y defender la continuidad del seguro social. El exmandatario reapareció en la Universidad de Chicago en un momento de gran descontento entre las bases del Partido Demócrata por la falta de oposición a la arremetida del trumpismo.
En su primera aparición pública desde que dejó la Casa Blanca, Biden ofreció un discurso en la conferencia de la organización denominada Defensores, Consejeros y Representantes de los Discapacitados, que incluye tanto a demócratas como republicanos. Allí advirtió de la amenaza que supone la política de recortes del nuevo Gobierno al seguro de jubilación y discapacidad de los estadounidenses. «Nos enfrentamos a una amenaza constante por parte de algunos miembros republicanos del Congreso de recortar y destruir la Seguridad Social. Cortar y destruir, punto», avisó el exinquilino de la Casa Blanca, al que se vio descansado, mucho más relajado que en sus últimas apariciones públicas durante la campaña electoral, donde la tensión le traicionó en forma de frecuentes lapsus y despistes. En Chicago no hubo asomo de traspiés lingüísticos ni de cualquier otro tipo.
Biden defendió el derecho a la dignidad y a la cobertura del seguro social de millones de ciudadanos que viven con discapacidades, independientemente de su situación económica y de su identidad. «Perder el seguro social sería una 'calamidad», señaló el expresidente, ya que esta prestación «fortalece a nuestra economía, fortalece a las comunidades y fortalece a las familias. Y ofrece tranquilidad».
Biden pidió a sus oyentes que se pusieran en situación. Subrayó que garantizar una »vida con dignidad« define «quienes somos como estadounidenses» y alertó de la posibilidad de que muchos ciudadanos no reciban sus cheques. «En noventa años desde que Franklin Roosevelt creó el sistema de la Seguridad Social, la gente siempre ha recibido sus cheques de la Seguridad Social. Los han recibido en tiempos de guerra, en recesiones, durante la pandemia», citó.
Aunque muchos demócratas no han echado de menos al expresidente durante los casi tres meses de su retiro, y muchos en el partido aún le culpan por el fiasco electoral de noviembre, la vigorosa defensa del veterano líder de uno de los beneficios federales más básicos de los ancianos y discapacitados, resonó con fuerza en un momento en el que el desánimo generalizado hace mella en el país.
A pesar de haberse convertido en la piñata de los agravios de Trump, que casi a diario le culpa de todos los males del país, el demócrata de 82 años ha mantenido la tradicional contención de los expresidentes a no hacer críticas a sus sucesores en la Casa Blanca. Desde que dejó el cargo en enero, Biden ha realizado contadas apariciones públicas, pero en gran medida ha evitado hablar públicamente.
El exmandatario, que pasa la mayoría de su tiempo en su residencia de Greenville (Delaware), ha dedicado un día a la semana a trabajar en su oficina en Washington, donde se traslada en el tren Amtrak, un trayecto familiar que realizó durante décadas cuando iba y venía al Congreso.
En su oficina, Biden cuenta con un reducido equipo de confianza que retuvo de su personal de la Casa Blanca. Se ha enfocado en varios proyectos destinados a proteger su legado, que incluyen un libro de memorias, la recaudación de fondos para su biblioteca presidencial y la organización de una fundación bajo su nombre.
Sus escasas apariciones en público han incluido la Conferencia-Modelo de Naciones Unidas en Nueva York, un desayuno del Día de San Patricio en Delaware, una ceremonia de aceptación de un galardón y un discurso sin medios de comunicación delante ante una organización sindical. También, una salida nocturna con esmoquin incluido al estreno del «Otelo» de Denzel Washington en Broadway, donde recibió el calor del público.
Con todo, la aparición del martes marca el discurso de más alto perfil de Biden en sus menos de cien días de retiro, enfocado en un tema central para el Partido Demócrata.
Durante estos casi tres meses, los líderes demócratas han tenido dificultades para montar un frente común de oposición ante el rápido aluvión de decretos y resoluciones ejecutivas de Trump que, en su mayor parte, eluden al Congreso y a la supervisión judicial. El arbitrario y draconiano desmantelamiento administrativo y legislativo por parte de Trump parece haber paralizado eal liderazgo demócrata que, atrapado en viejos paradigmas, ha tenido dificultades para concebir estrategias y enfrentarse al Ejecutivo.
Al tiempo que los ciudadanos sufren directamente el caos de los despidos masivos, la inflación rampante y la incertidumbre económica, la ausencia de una oposición fuerte y vertebrada es vista por las bases progresistas como un abandono de un partido que incumple sus principios y objetivos, lo que ha llevado a los demócratas a su menor ínidice de popularidad. Con la credibilidad en los niveles más bajos de las últimas décadas, las intervenciones de los líderes demócratas —incluidas las 25 horas de oratoria en el Senado por parte de Cory Booker, sin ofrecer una sola mención a la barbarie masiva contra los palestinos en Gaza— suenan ahora a retórica vacía. Tan sólo un 'defenestrado' del propio partido, Bernie Sanders, alojado en el ala más a la izquierda, está reuniendo un buen número de acólitos en su gira de mítines por diversos Estados en contra de la política de recortes del Gobierno.
En este sentido, las amenazas de la Administración de Donald Trump al seguro social podrían suponer la línea roja definitiva que lleve a los demócratas a dar la pelea que requiere el momento. La radicalidad de estos recortes y las críticas del propio presidente al departamento que regula la prestación como «incompetente y fraudulento« podrían llevar a un peligroso estado de precariedad a los 73 millones de jubilados y discapacitados estadounidenses que dependen de él.
El departamento de eficiencia gubernamental DOGE ha eliminado ya los puestos de 7.000 empleados de la Administración del Seguro Social, y Elon Musk ha prometido aún más ceses.
Con el proyecto de Ley de Presupuesto aprobado por los republicanos del Congreso la semana pasada, que incluye reducciones considerables, los demócratas están organizando un día nacional de acción contra los temidos recortes al programa, con protestas planificadas en todo el país.
El discurso de Biden podría significar el pistoletazo de salida de la movilización demócrata: «En menos de 100 días, esta nueva Administración ha causado mucho daño; tanto daño y tanta destrucción, que es impresionante», ha dicho el expresidente en Chicago. «Es la primera vez en la historia en que los beneficios del seguro social podrían retrasarse o interrumpirse». Sin duda, una calamidad nacional.
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