El presidente de EE UU, Joe Biden, estrecha la mano a su homólogo chino, Xi Jinping, durante su encuentro de este miércoles en California. Reuters

Biden y Xi escenifican la apertura de una nueva etapa de distensión

Estados Unidos y China negocian acometer juntos «desafíos globales críticos» como el cambio climático, los narcóticos o la inteligencia artificial

Caroline Conejero

Nueva York

Miércoles, 15 de noviembre 2023, 21:54

El primer encuentro cara a cara en un año celebrado este miércoles entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, en el marco de la conferencia APEC en San Francisco, marcó oficialmente el inicio de una nueva etapa de distensión y ... cooperación entre ambos países. Una reunión etiquetada como 'cumbre' que, tras años de tensiones en torno al comercio, los derechos humanos y el futuro de Taiwán, con el consiguiente deterioro de relaciones, vino marcada por una considerable inversión política por ambas partes.

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En un entorno geopolítico cada vez más inestable, que ha polarizado a ambos Estados en los conflictos de Ucrania-Rusia y Palestina-Israel, los dos jefes de Estado se encontraron para abordar acuerdos y desacuerdos. «No hay sustituto para las conversaciones cara a cara», señaló Joe Biden a Xi Jinping, recibido con alfombra roja en una mansión a las afueras de San Francisco.

«Señor Presidente, nos conocemos desde hace mucho tiempo. No siempre hemos estado de acuerdo... pero nuestras reuniones siempre han sido sinceras, directas y útiles», dijo Biden. «Tenemos que asegurarnos de que la competitividad no se convierta en conflicto. Y también tenemos que gestionarlo de manera responsable... y trabajar juntos cuando consideremos que es de nuestro interés hacerlo», continuó.

El presidente estadounidense se refirió a los «desafíos globales críticos», incluido el cambio climático, narcóticos e inteligencia artificial, cuestiones en torno a las que Washington y Pekín anunciaron acuerdos importantes y el compromiso de reforzar la estabilidad a pesar de los desacuerdos. La cumbre del presidente Xi Jinping con Biden vino precedida de una extensa cobertura por parte de los medios estatales chinos que se volcaron en resaltar los cálidos vínculos y las historias de conexión positiva entre los pueblos de ambos países.

Washington considera imperativo atraerse la cooperación de Pekín para frenar las crecientes tensiones geopolíticas

Un largo artículo el lunes de la agencia estatal de noticias Xinhua que exponía la «fuerza duradera» del afecto de Xi por los estadounidenses comunes y corrientes, incluía fotografías del presidente sentado en un tractor con un granjero de Iowa y otras de su dormitorio cuando era estudiante universitario con decoración temática de 'Star Trek'. Un giro drástico que contrasta con la cobertura generalmente negativa sobre la vida y el Gobierno de Estados Unidos que se suele utilizar comparativamente para ensalzar el sistema chino.

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Cortejo a empresas e inversores

Pero con la economía en problemas, el consumo anémico y el alto desempleo juvenil en aumento, el cortejo de las empresas e inversores estadounidenses es una prioridad para Xi que conlleva establecer una nueva normalidad en su encuentro con el presidente norteamericano. Para Biden, cuyos esfuerzos diplomáticos han declinado en cierta medida en el nuevo reordenamiento internacional dominado por la influencia de China, la necesidad de atraerse la cooperación de Pekín y de su importante mercado, es imperativa para frenar el alineamiento antiestadounidense y la escalada de tensiones en un marco geopolítico con dos conflictos abiertos en este momento.

La ciudad de San Francisco, que alberga una próspera comunidad chino-americana, se volcó en el hospedaje de la conferencia de Cooperación Económica Asia-Pacífico y la Cumbre de ambos líderes, con banderas y espectáculos de luces nocturnos. No faltaron tampoco las protestas contra la inacción gubernamental ante el cambio climático responsable del desplazamiento de las comunidades pobres. También fueron notables las advertencias públicas de destacados líderes republicanos de línea dura anti-China, exhortando al jefe de la Casa Blanca a no ceder en la política restrictiva con el gigante asiático.

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Lo más destacado fue el acuerdo de cooperación sobre el cambio climático que establece un compromiso a realizar contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para «toda la economía» en todos los gases de efecto invernadero, no solo en el CO2. Un importante giro por parte de China, que hasta ahora se ha resistido a especificar qué partes de su economía quedarían cubiertas por sus compromisos climáticos, y que establece un marco considerablemente más estricto, un objetivo por el que Estados Unidos ha presionado durante mucho tiempo. El pacto permitirá una mayor transparencia de las emisiones de la segunda potencia mundial e influirá en la adopción de acuerdos similares en otros países bajo el área de influencia de Pekín.

Otro tema prioritario para Biden fue presionar a Xi para tomar medidas drásticas contra las empresas chinas que producen fentanilo, la potente droga de entrada ilícita en EE UU que ha producido una epidemia de muertes por sobredosis de opioides en todo el país. Uno de los logros más importantes para el mandatario estadounidense en su reunión con Xi sería el logro de un acuerdo para frenar las exportaciones irregulares de este narcótico, así como de las sustancias químicas que pueden combinarse para fabricarlo.

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Tras la reunión, el presidente de EE UU compartió con la prensa sus impresiones de la cumbre con Xi. Por la noche, los Biden ofrecieron una recepción de bienvenida a los líderes de APEC en San Francisco.

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