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En tiempos de miedo y zozobra los jefes de gobierno tienen la oportunidad de convertirse en el hombre fuerte al que se aferran los asustados. A sus 80 años, Joe Biden tiene suficiente experiencia como para no desaprovecharla. Tras haber subido esta semana tres puntos ... en popularidad, gracias al azar y las bombas que propiciaron su viaje a Israel, el mandatario aprovechó la sobriedad del Despacho Oval para prolongar el tirón con un discurso a la nación en el que comprometió más de 100.000 millones de dólares a la seguridad del país.
Por el momento, es papel mojado. Las divisiones internas de la oposición han dejado al Congreso sin portavoz y, por tanto, sin mando para organizar votación alguna que no sea elegir a su líder. El hombre afín a Trump que intenta erigirse con esa posición, Jim Jordan, perdió este viernes la votación por tercera vez. Todo eso contrasta con la figura de estado que Biden proyecta en esta crisis. «El liderazgo estadounidense es lo que mantiene al mundo unido», aseguró en su discurso. Sostenerlo requiere una «inversión inteligente» en guerras extranjeras como la de Ucrania, que por perder apoyo popular se había convertido en munición de la oposición.
Al incluir la partida para Kiev en el mismo paquete que la de Israel, con el argumento de que en ambos casos se trata de destruir a una democracia vecina, nadie se atreverá a boicotear la provisión de fondos que ha solicitado. Por lo mismo, la Casa Blanca ha incluido otra partida para Taiwán y una buena provisión para la seguridad fronteriza. Con la contratación de 375 equipos de jueces migratorios, 1.600 funcionarios de asilo político, un millar de agentes fronterizos y un centenar de máquinas para detectar fentanil, podrá agilizar el procesamiento de migrantes indocumentados y mejorar uno de sus suspensos de cara a la reelección.
«Esta petición refleja cómo, bajo el liderazgo del presidente Biden, EE UU ha aglutinado al mundo para construir una coalición de más de 50 países en respuesta a la brutal invasión de Ucrania qué hizo Putin, y ahora vamos en ayuda de nuestro aliado, Israel», presumió este viernes el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Se trata de invertir 50.000 millones en la capacidad industrial de defensa militar, además de proporcionar a Israel 1.600 millones para defensas aéreas, cumpliendo su promesa de reponer el escudo defensivo del país hebreo. Los 10.000 millones en asistencia humanitaria se repartirán entre Israel, Ucrania, Gaza« y otras áreas», por lo que no se sabe cuánto llegará a los palestinos.
Los 20 camiones que ha negociado con el Gobierno de Netanyahu palidecen frente a los 350 diarios que entraban antes del 7 de octubre, pero Palestina no es su prioridad. «La historia nos ha enseñado que si los terroristas no pagan un precio por su terror, ni los dictadores por sus agresiones, causarán más caos, muerte y destrucción», lapidó Biden.
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