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caroline conejero
Nueva York
Miércoles, 16 de septiembre 2020, 22:24
Los ingenieros de Boeing y la Administración Federal de Aviación (FAA) aprobaron un programa automatizado de software del modelo 737 Max sin entender completamente su funcionamiento, a pesar de una advertencia previa de un piloto de pruebas de que los resultados podrían ser «catastróficos».
Un ... demoledor informe publicado este miércoles por el Comité de Transporte de la Cámara del Congreso revela «una horrible culminación de errores» por parte de los ejecutivos de la empresa aeronáutica y la FAA en el proceso de aprobación del programa de vuelo. Tras una investigación de 18 meses sobre los dos vuelos siniestrados que tuvieron como protagonistas 737 Max – el de Lion Air en octubre de 2018 y el de Aerolíneas Etíopes en marzo 2019, en los que en total murieron 346 personas– han quedado patentes graves negligencias en el diseño y en los mecanismo oficiales de control de la Administración estadounidense.
En ambos vuelos el software automatizado conocido como MCAS (Maneuvering Characteristics Augmentation System) realizó una lectura falsa y determinó la bajada del morro del avión sin que los pilotos pudieran rectificar y retomar el control del avión. Este sistema de seguridad clave, diseñado para contrarrestar la tendencia del Max a subir su parte delantera y que se activa tras una lectura falsa de un sólo sensor, fue el causante de los accidentes, que sólo distaron entre sí un período inferior a los cinco meses.
Según las conclusiones, los aparatos fueron víctimas de presunciones técnicas defectuosas de los ingenieros de Boeing, la falta de transparencia de sus ejecutivos y de la supervisión extremadamente insuficiente por parte de la FAA. El informe indica con claridad que empresa y la unidad de supervisión del proceso de certificación de la agencia podrían haber detectado los fallos del sistema de control de vuelo del Max durante la etapa de diseño.
Denuncia además la enorme responsabilidad de la administración federal, cuya política de supervisión laxa con ciertas grandes firmas, permitió a Boeing continuar los vuelos del 737 Max. Incluso meses después del primer accidente del modelo en Indonesia, un control de febrero de 2019 —entregado al Congreso finalmente en mayo—, «no determinaba ningún incumplimiento» de las normas de seguridad federales. Un mes después, un segundo Max se estrelló en Etiopía.
El Congreso expone innumerables lagunas de supervisión por parte de Boeing, compañía a la que atribuye un «perturbador patrón» de fallos técnicos de cálculo y de «preocupantes errores de juicio». Según la investigación, dejó pasar múltiples oportunidades en las que pudo haber corregido el diseño y el desarrollo del Max.
El informe critica también que ocultó información crucial a la FAA, a sus clientes y a los pilotos del 737 Max, incluida la existencia del nuevo programa de vuelo MCAS. Su único objetivo era reducir costos y acelerar la salida al mercado del modelo.
El 737 Max es el avión más vendido de la historia de la aeronáutica, modelo que ha generado miles de millones de beneficios. Según estimaciones anteriores a los accidentes, un 737 despegaba en el mundo cada cinco segundos y unos 1.250 Max se encontraban cada en vuelo a la vez.
Boeing espera que los 737 Max, que se encuentran varados en tierra desde marzo de 2019, puedan volver a volar a finales de este mismo año o principios de 2021 una vez corregidos los fatales errores detectados.
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