A. Quintana
Jueves, 29 de febrero 2024, 18:00
Texas se enfrenta esta semana al que puede llegar a ser el mayor incendio de su historia. Por el momento las llamas superan las 430.000 hectáreas calcinadas y se ha cobrado la vida de una mujer de 83 años a su paso por Stinett, ... la ciudad situada en el condado de Hutchinson, además de la destrucción de decenas de casas en el noroeste y la muerte de miles de cabezas de ganado.
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De los 33 focos que tiene el Estado activos desde comienzos de año, cinco de los grandes, aparentemente bajo control, han ido creciendo y arrasando todo a su paso por Texas debido a un cambio repentino de la dirección del viento esta semana, lo que contribuyó a la expansión de la superficie del incendio de Smokehouse Creek. «El viento procedía del norte y provocó un enorme muro de fuego que se desplazaba por el paisaje», explicó Adam Turner, portavoz del Servicio Forestal de Texas.
Además del fuego de Smokehouse Creek, donde han ardido más de 340.000 hectáreas, el incendio Windy Deuce ha calcinado 57.000, el Grape Vine Creek otras 12.100 mientras que otros dos focos más han quemado 11.000 hectáreas cada uno. Si consideramos estos cinco fenómenos como uno solo, podría llegar a ser el mayor incendio en la historia del Estado desde 1988, de acuerdo con datos oficiales.
«Es como si hubiera pasado un tornado», ha dicho este jueves la portavoz de los servicios de emergencias en Hutchinson, uno de los condados afectados. En la ciudad de Amarillo, sus apenas 2.300 habitantes han revivido la pesadilla que sufrieron en el anterior pavoros incendio de 2014. En aquella ocasión ardieron cientos de casas, y ahora el fuego ya ha devorado cincuenta al sur de la localidad, que ha sido evacuada. «Posiblemente, cuando regresen los vecinos no estén preparados para ver la destrucción que ha padecido la ciudad», afirmaba un empleado de emergencias. En Canadian, otra población azotada por las llamas, se ha logrado salvar los edificios, pero «hay cientos de cabezas d ganado muertas», según Bill Kendall, coordinador del servicio de urgencias en el condado de Hemphill.
Desde el martes el servicio de Bomberos, con ayuda de recursos estatales adicionales que incluyen 94 bomberos, 33 camiones y seis aviones cisterna, han podido controlar las llamas, pero a partir del viernes aseguran que las condiciones climáticas serán críticas debido a los fuertes vientos y bajos valores de humedad.
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Debido a los incendios, durante la noche del martes, la principal fábrica de armamento nuclear estadounidense, Pantex, situada en las cercanías de una de las zonas afectadas, debió interrumpir temporalmente sus actividades. Los trabajadores fueron evacuados «para prevenir males mayores» pese a que, según los funcionarios, «la planta no presentaba peligro».
Las condiciones climáticas hacen recordar a lo ocurrido en 2006 en East Amarillo Complex, el incendio más grande registrado en el Estado. La situación era similar, diferentes fuegos pequeños calcinaban la ciudad al norte de Texas. En unos días el fuerte viento impulsó murallas de fuego mientras el humo se elevaba en grandes nubes negras sobre la región. En total se calcinaron alrededor de 3.600 kilómetros cuadrados de tierras y dejó 13 muertos a su paso.
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