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Jugar con la deuda por motivos políticos tiene un precio. Por eso Joe Biden se ha resistido a las presiones del Congreso para pactar recortes del gasto público a cambio de elevar el techo de la deuda, pero no ceder también sale caro. Fitch, una ... de las tres principales agencias crediticias, puso este jueves a EE UU en «observación a la baja», lo que de por sí perjudica la capacidad del país para acceder al dinero.
Ya en 2011, durante el Gobierno de Barack Obama, la agencia crediticia S&P rebajó por primera vez en la historia el flamante grado de AAA que da cuenta de la credibilidad de EE UU para cumplir con sus obligaciones y le permite tomar dinero prestado a tipos de interés más ventajosos. Entonces no llegó a declararse en bancarrota ni a faltar a sus obligaciones, gracias a los malabares contables y administrativos del Tesoro durante dos meses de angustiosa prórroga, pero estuvo tan cerca que sólo esa posibilidad provocó grandes incertidumbres en los mercados nacionales e internacionales, generó desconfianza y acabó con una devaluación de su grado. Las finanzas de Estados Unidos no son tan buenas como deberían. Si algo le hace acreedor del preciado grado AAA es que nunca jamás ha fallado a sus obligaciones.
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Mercedes Gallego
De hacerlo, el dólar se vendría abajo, los intereses subirían, el Gobierno dejaría de tener dinero para financiarse, pagar a pensiones, militares, funcionarios y toda la sacudida económica sería mundial. Por eso este jueves por la noche los negociadores de la Casa Blanca y el Congreso continúan hasta bien entrada la madrugada y seguirán trabajando a lo largo del fin de semana que da inicio a las vacaciones de verano en EE UU. De hecho, el presidente Biden ha cancelado su viaje a Australia y Nueva Guinea para volver a Washington a supervisar este trabajo vital que sólo él puede decidir.
Fuentes del Partido Republicano aseguraban que están muy cerca de alcanzar un acuerdo, pero las presiones son muchas por los dos lados. El propio Donald Trump, que este jueves jugaba al golf en una de sus propiedades a las afueras de Washington, se ha acercado a una periodista del 'New York Times' para enseñarle en su teléfono que había hablado con el portavoz del Congreso, Kevin McCarthy. «Le he dicho: Asegúrate de que obtienes un buen trato».
También los demócratas están preocupados por la posibilidad de que Biden ceda demasiado. El mandatario empezó como quien negocia con terroristas, negándose en redondo a lo que considera un chantaje. Aunque el contenido es secreto, se cree que incluye congelar parte del gasto social durante los próximos dos años. Los republicanos consideran que los 31 billones de dólares de deuda que tiene el país son insostenibles, por lo que no aprobarán una subida del techo de la deuda a no ser que el Gobierno se comprometa en la misma ley a endurecer beneficios sociales, como los cupones alimenticios o los programas de beneficencia. Según el Departamento del Tesoro, a partir del 1 de junio al Ejecutivo se le acabarán los fondos para seguir pagando su deuda y tendrá que empezar a jugar con otras partidas.
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