Michelle Obama descarta competir por la Casa Blanca por no hacer eso «otra vez» a sus hijas

Michelle Obama participó el jueves por la noche en la convención del Instituto de Arquitectura de Estados Unidos, en Orlando, en su primer acto público desde que su marido, Barack Obama, cedió la vara de mando a Donald Trump, el pasado 20 de enero. Interrogada sobre sus planes de futuro y sus aspiraciones políticas, ha sido clara: "no le pediría a mis hijas que hicieran esto otra vez". Michelle Obama está convencida de que puede seguir trabajando por los derechos de las mujeres y las niñas desde fuera de la Casa Blanca.

"Es bueno estar fuera. Es bueno no tener que llevar el peso del mundo sobre tus espaldas", ha contado y ha destacado pequeñas cosas como que sus hijas, por primera vez en ocho años, pueden abrir las ventanas de su habitación, algo hasta ahora prohibido por razones de seguridad. Sin embargo, ha reconocido que los últimos días en la residencia oficial fueron agridulces porque la familia nunca había pasado tanto tiempo en un sitio y Malia y Shasa prácticamente se han criado en la Casa Blanca. De hecho, lloraron cuando salieron por la puerta de atrás ante la llegada de Donald y Melania Trump.

Su marido también ha reaparecido esta semana. "¿Qué ha pasado en mi ausencia?", ironizó desde la Universidad de Chicago e insistió en que a partir de ahora se dedicará a la tarea de "preparar a la próxima generación de líderes a asumir el mando y tomar su propio camino para cambiar el mundo".

Los Obama han estado apartados del foco público desde que Trump inició su mandato. Solo han difundido algunas fotografías de las vacaciones que han pasado en el Pacífico Sur. El matrimonio ha firmado un contrato millonario con Penguin Random House para escribir sus memorias.