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efe
Viernes, 19 de junio 2015, 22:49
El joven blanco detenido por causar nueve muertos a tiros en una iglesia de la comunidad negra de Charleston, en el sur de Estados Unidos, ha sido acusado hoy de asesinato, lo que puede acarrearle la pena de muerte, tras confesar que fue el autor ... de un hecho que aparentemente cometió para iniciar una "guerra racial".
La Policía de Charleston, en el estado Carolina del Sur, ha anunciado que Dylann Roof, de 21 años, está acusado de nueve delitos de asesinato y otro de posesión de arma de fuego para cometer un delito violento. Detenido horas después del tiroteo en el vecino estado de Carolina del Norte, el joven ha confesado que fue él quien disparó el miércoles por la noche a un grupo de personas que participaban en una lectura de textos sagrados en la Iglesia Africana Metodista Episcopal (AME) de Charleston.
En la audiencia de lectura de las acusaciones a través de una videoconferencia, el juez ha fijado hoy para el 23 de octubre la próxima vista y el acusado ha respondido a las preguntas sobre su edad, dirección y situación laboral, sin hacer más declaraciones.
El juez ha establecido una fianza de un millón de dólares para Roof por el delito de posesión de arma de fuego, pero se la ha negado por los de asesinato y ha permitido hablar a familiares de las víctimas del tiroteo presentes en la sala. "Te perdono", ha dicho uno de los familiares. "No hay espacio el odio", ha comentado otro.
Seis mujeres y tres hombres, entre ellos el pastor de la iglesia y senador estatal Clementa Pinckney, murieron en el tiroteo y, según el relato de uno de los tres supervivientes, Roof ha justificado su acción diciendo que los negros se están "apoderando" de Estados Unidos.
Fuentes cercanas a la investigación han indicado hoy a la cadena NBC que Roof explicó a la Policía que estuvo "a punto" de no disparar porque los feligreses, con quienes estuvo rezando durante una hora antes del tiroteo, fueron "muy amables" con él. Sin embargo, finalmente el joven decidió que tenía que "seguir adelante con su misión", según esas fuentes.
Crimen de odio
Otros medios como la cadena CNN afirman que, al confesar el ataque, Roof explicó que su objetivo era incitar nuevas confrontaciones raciales en el país. Los testimonios de familiares, amigos y conocidos pintan a Roof, con varios arrestos a sus espaldas por delitos menores, como un joven tímido, solitario, antisocial en los últimos tiempos y de carácter racista.
Los investigadores están tratando de establecer si tenía algún tipo de conexión con los grupos de supremacistas blancos de Carolina del Sur, en cuya Legislatura ondea todavía la bandera de la Confederación estadounidense, símbolo de los estados del sur que defendían la esclavitud en la Guerra de Secesión contra los del norte.
En una de las fotos tomada de su perfil de Facebook, se ve a Roof vestido con una chaqueta que tiene cosida, aparentemente, una bandera del sistema de segregación racial sudafricano del "apartheid" y otra de Rodesia, antigua colonia británica que estuvo gobernada por la minoría blanca hasta convertirse en el actual Zimbabue en 1980.
El jefe de la Policía de Charleston, Greg Mullen, ha asegurado estar convencido de que fue un "crimen de odio" y el Departamento de Justicia ha abierto una investigación para determinar si, efectivamente, la masacre tuvo motivos raciales. Por su parte, la gobernadora de Carolina del Sur, la republicana Nikki Haley, también sostiene que, "sin duda", fue un "crimen de odio". "Queremos absolutamente la pena de muerte para Roof. Este es el peor odio que he visto y el país ha visto en mucho tiempo", ha subrayado Haley en una entrevista con la cadena NBC.
Racismo y tenencia de armas
Carolina del Sur es uno de los estados de EEUU que permite la pena de muerte y la última ejecución allí se llevó a cabo en 2011. El tiroteo de Charleston ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el racismo en EEUU, muy presente en los últimos meses a raíz de varios casos de hombres negros desarmados muertos a manos de policías.
A raíz de esta masacre, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha vuelto a hablar este jueves de la necesidad de enfrentarse al problema de la violencia causada por las armas de fuego. Obama ha reconocido que una de las mayores frustraciones de su mandato ha sido el fracaso de sus esfuerzos para lograr un mayor control de la venta y posesión de armas en el país.
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