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Miguel Salvatierra
Domingo, 7 de junio 2015, 07:28
Los dos favoritos a enfrentarse por la presidencia de EE UU en 2016, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Jeb Bush, sienten ya el fuego cruzado de las críticas, dirigidas sobre todo a la financiación de sus campañas. La honradez de la ex primera ... dama, que ya anunció su candidatura en abril, comienza a ponerse en duda a cuenta de los ingentes donativos que está recibiendo, en particular su fundación filantrópica. También se han criticado los cobros millonarios de sus discursos y conferencias, tanto de Hillary como de su marido, el expresidente Bill Clinton: más de 30 millones de dólares desde comienzos del 2014.
La entidad Bill, Hillary & Chelsean Clinton Foundation dedicada a la filantropía centra las mayores sopechas ante el hecho de que los donativos extranjeros están prohibidos en las campañas de EE UU, pero no a las fundaciones. Las críticas hicieron en su día que se establecieran restricciones para que solo seis Gobiernos pudieran donar directamente y limitaron drásticamente sus actividades en el exterior. Unas restricciones que no han silenciado los temores de que individuos, empresas o países donen dinero para tratar de influir en la futura política de la Casa Blanca.
Hasta ahora las críticas no han pasado de ser meras sospechas y nadie ha sido capaz de probar ilegalidad alguna, pero los efectos en los sondeos han sido ambivalentes. Mientras en las encuestas electorales la muestran muy por delante de cualquier rival demócrata y victoriosa frente a cualquier republicano en las presidenciales, su imagen pública ha sufrido un fuerte desgaste. Un sondeo divulgado el pasado día dos por la cadena CNN la situaba en el nivel más bajo de los últimos 14 años, con un índice de apoyo del 46%. Entre las opiniones negativas abundaban las que no la consideran una persona sincera y digna de confianza.
En el bando republicano, el también favorito Jeb Bush acaba de recibir duros ataques por recaudar dinero sin someterse a los límites para los candidatos oficiales. El hijo y hermano de presidentes, aunque oficialmente no ha presentado su candidatura tiene ya su maquinaria electoral a pleno rendimiento. Tras visitar varios estados clave para la nominación, esta próxima semana hará una gira por Europa y el próximo día 15 confirmará su candidatura y entrada en campaña con un discurso en el Miami Dade College, una universidad pública del sur de Florida con mayoría de estudiantes hispanos.
Límite legal
Las acusaciones de tramposo se basan en que Bush se ha comportado de hecho como candidato sin serlo oficialmente. De esta forma ha podido sortear el límite legal que impide que un candidato no reciba de cada donante más de 2.700 dólares y vincularse con las asociaciones externas que pueden recaudar de forma ilimitada. Al igual que con Hillary, le han llovido las críticas que ven fraudulento este modo de financiarse. Y como su presunta rival presidencial, nadie parece ser capaz de hacer sombra a su candidatura. Una larga lista de aspirantes que la pasada semana subió a diez.
A falta de más de seis meses para las primarias y caucus que decidirán los candidatos demócrata y republicano, y un años y cinco meses para las presidenciales, tanto Clinton como Bush son claros favoritos, pero junto a ellos pronto empezarán a sonar nombres que se emplearán a fondo para romper los pronósticos. Y, como ha demostrado la historia electoral estadounidense, siempre hay margen para la sorpresa.
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